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editorial

El valor de la información

javier forte PUBLICADO el Jueves 4 de octubre, 2012
La República Digital

En una anterior entrega, comenzamos el análisis del tema de referencia, y había planteado que el valor de la información es el grado de utilidad que se adquiere a través de la comunicación y que implica la adquisición de nuevos conocimientos y cuya consecuencia será satisfacer necesidades o proporcionar bienestar.

También planteamos que el cambio de paradigma acerca del derecho a la información y a la privacidad, nos induce a plantear reflexiones acerca de los mismos.

En la actualidad se puede acceder a los datos de cualquier persona -en la medida que la misma se encuentre en la aldea global informática- con la sencillez de una computadora “googleando” el nombre, apellidos, domicilio, teléfono, fax, dirección de correo electrónico. La pregunta que inmediatamente surge es: ¿qué valor puede tener dicha información? Para dar la respuesta a esta interrogante, planteemos una situación hipotética:

Una farmacia de barrio, tiene entre sus principales costos el mantener dinero inmovilizado para mantener la cantidad de stock de medicamentos con la cual trabaja. Si el dueño de la farmacia contara con información más precisa de la cantidad por tipo de medicamentos van a requerirle los clientes, el podría mantener un stock mucho más reducido y en consecuencia aumentará su rentabilidad. Para ello, diseñó un sistema de ventas aplicando la “zanahoria” de entregar un tarjeta a cada cliente en la cual acumulará puntos canjeables por alguna chuchería a la cual somos tan afectos los seres humanos con tal que sea gratis.

Al cabo de un tiempo prudencial, y mediante la emisión de la tarjeta -donde el cliente deberá consignar todos sus datos personales y familiares- comenzará a desarrollar una Base de Datos que contendrá todos los medicamentos que consume esa familia, pudiendo inferirse rápidamente la periodicidad con que adquiere cada medicamento u cuáles son las afecciones médicas del núcleo familiar, por lo cual puede avisarle con tiempo al cliente cuando debe adquirirlo e incluso ofrecerle enviárselo a su domicilio o trabajo.

Con esta simple medida el farmacéutico disminuirá el stock que debe mantener en la góndola -liberando recursos financieros-, podrá tener menos personal atendiendo la farmacia, pagar menos impuestos al BPS, y el cliente gana en comodidad y lo que es más importante, gana en salud pues nunca se interrumpiría su acceso a los medicamentos que necesita.

Hasta aquí, es el valor de la información… pero qué pensaría usted si por ejemplo otra empresa que es seleccionadora de personal, o una compañía de seguros pretender adquirir esa Base de Datos, y aplicando técnicas de ingeniería artificial como por ejemplo CRM (Costumer Relationship Management Administración de la Relación con el Cliente) y el Data Mining (Minería de Datos) las utilizaran para estimar si usted o miembros de su familia puede acceder a un determinado puesto de trabajo o si al momento de contratar una renta vitalicia con la compañía aseguradora corrigieran sus decisiones en base a sus condiciones personales o familiares respecto a la salud.

Felizmente Uruguay tiene la ley de Protección de Datos Personales y Acción de “Habeas Data” (Ley 18.719) que protege los denominados “datos sensibles” de todas las personas, no permitiendo el tráfico de datos sensibles sin el consentimiento de su titular.

El autor es contador público, consultor, docente universitario y asesor parlamentario del diputado Gonzalo Mujica

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