el trabajo programático del fa

Desafíos y Convocatoria (I)

Consciente de su responsabilidad, La Comisión Nacional de Programa – ámbito de acción permanente en la nueva estructura – intensifica su trabajo con el propósito de elevar en tiempo y forma a los organismos de dirección y decisión políticos, la propuesta que convoque a la voluntad ciudadana mayoritaria, para endosar un nuevo crédito que permita continuar profundizando para todos los compatriotas, el tiempo progresista que vivimos.

El tema de encuentro de grandes consensos en lo programático, tuvo desde siempre una importancia fundamental para la sustentabilidad de un proyecto político nacido como amplia coalición pluralista. En efecto, en el modesto aporte en preparación acerca de los orígenes de este formidable instrumento que es el FA, definido por Danilo Astori como la máxima construcción política de la mitad del siglo XX, y que pretende expresar nuestra visión histórica sobre actores y roles en el tiempo fundacional – el cual hasta ahora sólo el Prof. Miguel Aguirre Bayley ha recogido con rigor y justicia – se establece testimonialmente que el Primer Programa, o sea las Primeras Treinta Medidas, fueron acordadas en el domicilio del Ing. José Luis Massera antes de la fundación formal el 5 de Febrero de 1971.

El Compromiso Político y el Programa fueron la expresión de la voluntad política y la garantía para constituir un” frente amplio de fuerzas opositoras” al decir de Juan Pablo Terra desde el año 1968, hecho inédito en el mundo hasta ese momento por su amplitud ideológica, y con el objetivo de recorrer un camino pacífico y democrático que confiando en el pueblo organizado, intentara evitar lo que fue después la larga noche de la dictadura.

Hoy, la CNP está plenamente integrada por delegados de sectores y de bases, aunque sin haber resuelto aún la participación permanente de delegados del interior del país, donde reside al menos la mitad de la masa crítica del FA . También en la política hay que honrar la deuda con la auténtica descentralización . Ha procedido a acordar la naturaleza de la tarea a desarrollar, ha ordenado en tres grandes Pilares Programáticos la temática más relevante y prioritaria, ha definido dentro de cada uno de aquellos los Ejes Estratégicos , y, en éstos, las principales Unidades Programáticas.

El primero de ellos: Desarrollo sustentable e igualdad con tres Ejes: Desarrollo y Distribución (en este, se agrupan las Unidades relacionadas con el sector productivo, la infraestructura, la innovación científica y tecnológica, el sector financiero y la economía social); Igualdad y Derechos (educación, seguridad y protección social, salud, vivienda, cultura, empleo, ciclo de vida, afrodescendientes, diversidad sexual y, el Eje Sustentabilidad Ambiental.

El segundo: Transformación Democrática del Estado y la Sociedad con dos Ejes por cada una de las áreas y las Unidades: papel, estructura y gestión del Estado, descentralización y articulación de los distintos niveles de gobierno, derechos humanos, la justicia y la defensa nacional por un lado y la participación social, los medios de comunicación y la convivencia y seguridad pública, por otro.

Y, el tercer Pilar: Inserción Internacional con sus ejes: Integración Regional, Inserción en el mundo y Uruguayos en el exterior.

Y, con esta propuesta metodológica y política, convoca a la participación activa, desde luego con la insustituible presencia personal pero también valorando aquella desde las redes que configuran un valioso instrumento, de todos y todas los /@ frenteamplistas de todo el país. En el marco del Plan Político movilizador y motivador que lleva adelante la Presidencia del FA y su equipo, la elaboración programática puede y debe constituir un camino de valoración de lo colectivo, de sacudir cierta anemia en la reflexión estratégica y de retoma de compromiso personal y grupal con una concepción de desarrollo nacional que encarna el FA ahora desde su propia gestión nacional y municipal, con sus logros tan reales y positivos y también con sus grandes materias pendientes, pero con fidelidad a un proyecto inclusivo, que reafirma valores y derechos inclaudicables de igualdad de oportunidades o, mejor aún, de resultados, para todos nuestros compatriotas.

Ojalá que, en su momento, o sea respetando los tiempos electorales y la equidad en la promoción, la campaña electoral se centre en las grandes cuestiones programáticas, que expresen con fuerza y honradez intelectual, las claras diferencias entre proyectos alternativos. Y, por cierto, también identifique temas y propuestas en aquellas áreas donde deberá insistirse en necesarias y saludables políticas nacionales que a todos nos comprometan.

Seguramente, se incrementará aún más la interpelación ciudadana acerca de la viabilidad real, el sustento técnico y la credibilidad de los programas partidarios.

Sin creerse dueño de una verdad revelada, desde una visión crítica y autocrítica, pero con confianza en el sentimiento del pueblo, el FA sabrá una vez más, estar a la altura del desafío.

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