alternativa de recuperación

Dame tu mano, una organización de mujeres que pasaron por el cáncer de mama

La caminata “Da un paso rosa” tendrá lugar el día sábado 20 de octubre a partir de las 10.30 horas, saliendo del museo oceanográfico para llegar a Kibón. La propuesta intenta reunir a personas comprometidas con la causa y a sensibilizar desde el disfrute.

Todas las personas que integran Dame tu mano sostienen que es ese espíritu, más que recordar la experiencia concreta que comparten (aunque obviamente las marcó y cambió para siempre), el que las alimenta como grupo.

La idea señalan, a las mujeres sobre todo, es que “hay que hacerse los estudios”, porque Uruguay es uno de los países con más alto índice de cáncer de mama en América Latina (el cuarto), lo que se debe en gran medida a la falta de asiduidad en los exámenes, a pesar de que por ley las mujeres cuentan con un día anual de licencia paga para realizarlos.

En ese marco también repartirán folletos en el hall de la mutualista Casmu, y participan junto a otras organizaciones que trabajan la temática de charlas y talleres, así como de salidas a los medios de prensa, para mantener presente el tema.

Para estar bien

Según relataron, cualquier mujer que haya pasado por esto “se sentiría muy bien” acercándose a la organización, porque como grupo intentan precisamente salir del dramatismo.

El problema, asumen de todas maneras, es que “la persona que se va a operar en general está desinformada, no sabe lo que le va a pasar, entonces cuando sale es como que empieza una nueva vida”.

“En cinco años que venimos trabajando, hacemos cada año más actividades y cada año se nos pasa más rápido”, relatan con entusiasmo desde Dame tu mano. Sin embargo, viven con preocupación que el país no baje de los “1.800 casos anuales”, una cifra realmente altísima.

Si bien la incidencia en varones es de un 1%, al grupo se integró hace cuatro años un hombre operado, que trabaja a la par y con total soltura con el grupo conformado fundamentalmente por mujeres.

Entre ellas, Cristina Rodríguez, presidenta de la organización, Rosa de Ávila, vicepresidenta, Sonia Waisrub, secretaria, Silvia Lemes, tesorera y Aída Monge que ejerce como vocal, son las que están semana tras semana reunidas planificando nuevas propuestas para acercarse a la ciudadanía.

Prevenir desde lo recreativo

“Rosa, Cristina y yo somos las fundadoras. Nacimos en el Casmu, porque justamente te envían a hacer fisioterapia en grupo, y se les ocurrió proponernos que formáramos un grupo entre nosotras”, relata Waisrub.

“En mayo de 2.007 comenzamos a trabajar, hicimos el primer encuentro con María Julia Muñoz, en ese entonces ministra de Salud, y a fines de octubre hicimos la primera jornada en el Casmu, que repetimos cada dos años”, agrega.

En 2009 lograron formalizarse como asociación civil lo que, aunque no en grandes cantidades, les permitió recibir algunas donaciones que antes no podían justificar como tales por no tener una institucionalidad que las respaldara.

Todos los martes se reúnen en el local del Club Municipal, ubicado en la calle San José entre Barrios Amorín y Martínez Trueba, y reciben a quien se quiera acercar pues, como aclaran, si bien nacieron en una institución de asistencia médica específica, hoy ya tienen integrantes de otras muchas.

A su vez, el segundo y cuarto viernes de cada mes, continúan reuniéndose en el policlínico del Casmu, “para que no se nos pierdan pacientes de mama”, explican.

En sus relatos, se muestra el entusiasmo por la incansable actividad de estas mujeres (y el varón) que mantienen además, sus actividades laborales, dando muestras de que generar nuevas iniciativas colabora con el autoestima, el bienestar emocional y como consecuencia el físico.

Para todas, es sumamente importante haberse proyectado juntas, porque en su entorno están las familias, en las que también repercute la sensación de bienestar.

En Dame tu Mano, creen en un trabajo “preventivo pero desde lo recreativo”, intentando quitar un poco de dramatismo a la idea del cáncer. Sin embargo, reconocen, “las mujeres llegan muy bajoneadas, porque una cree que cuando la operan se termina todo, y en realidad empieza todo…”.

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