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Editorial

Tiempos de violencia e intolerancia

Editorial PUBLICADO el Viernes 14 de septiembre, 2012
La República Digital

Ya entrado el siglo XXI, la Humanidad no parece haber evolucionado hacia estadios de civilización más avanzados. Un largo rosario de calamidades que se producen a diario permite concluir que en el ser humano siguen teniendo un lugar preponderante los sentimientos más bajos y las actitudes más abyectas, tanto en el plano de las relaciones interpersonales como en el ámbito de los conflictos entre naciones.

Hace pocos días las agencias informaron de la muerte de un detenido en Cuba; como el hecho no ocurrió en una cárcel cubana (lo que hubiera causado la indignada reacción del mundo occidental y cristiano) sino en la base estadounidense de Guantánamo (que el imperio ocupa ilegítimamente), los medios no le dieron el destaque que merecía. Como para hacer que el mundo ignore (u olvide) que EEUU –que se presenta como paladín de la democracia y la libertad– también practica el terrorismo de estado y avasalla los derechos humanos sin prurito alguno.

Sí, el país que lideró las intervenciones más criminales en todo el orbe en nombre de la libertad fomenta los peores sentimientos de odio racial y religioso. ¿Cómo explicar, si no, la prédica del pastor de Florida Terry Jones, un energúmeno que encabeza manifestaciones antiislamistas en las que los participantes se dan a la práctica de quemar ejemplares del Corán? Es este mismo señor Terry Jones quien promueve el film “La inocencia de los musulmanes”, una provocación grosera que se burla de la religión que practican millones de seres humanos en todo el mundo y ofende gratuitamente a Mahoma; digamos de paso que el realizador de la película califica de “cáncer” al Islam.

Con esto no pretendemos justificar la respuesta criminal de energúmenos de signo contrario, consistente en el ataque con armas de grueso calibre contra el consulado de EEUU en la ciudad libia de Bengasi; un ataque que costó la vida de tres funcionarios diplomáticos, entre ellos el embajador estadounidense en Libia. Es así que el mundo se adentra en una espiral de violencia demencial con la que se pretende dirimir todo conflicto.

“Al mundo le falta un tornillo”, había sentenciado el poeta tanguero Enrique Cadícamo por los años treinta del siglo pasado. Van más de ochenta años de aquella sentencia y la Humanidad sigue sin encontrar el que le faltaba pero, además, ha ido perdiendo más tornillos: lejos de superar las dificultades y conflictos por medios civilizados, la intolerancia, el odio y la violencia siguen campeando en una civilización que lleva en su seno el germen de su propia destrucción.

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2 Comentarios

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  1. El editorialista pierde el norte cuando prácticamente realiza una simetría entre un burdo video anti-islamista, de pésima calidad, y el brutal ataque a las representaciones diplomáticas norteamericanas en algunos países árabes, que terminaron con varios muertos y heridos. También es importante explicarle al editorialista, que en las democracias hay libertad de expresión, aunque las ideas expuestas puedan ser repugnantes, y por cierto lo fueron en esta ocasión. También hay lugar a poner frenos a expresiones que lastimen los sentimientos de ciertas comunidades, pero endilgar a los gobiernos o a las religiones de Occidente, es tanto absurdo como falso. Y la respuesta, nunca debería ser el salir a matar gente. Peor aún, el editorialista no toca la materia de fondo, la amenaza del islamo-fascismo al mundo libre. Recordemos que los terroristas musulmanes que atacaron a los edificios gemelos en Nueva York, no necesitaron ningún video como pretexto.

    • estimado instruc 13 apelas a darle con un caño al columnista haciendo lo mismo y peor.
      Apuntas a defender a gobiernos “democratas” que invaden, matan gente en nombre de la defensa de una libertad, no explicando que es solo “su” libertad, la de “su” oligarquia en los gobiernos, usando carne de cañon entre los sectores segregados o empobrecidos de sus propias comunidades.
      Los musulmanes no son nenes de pecho, pero comparar la omnipotencia de gente que dispone de altisima tecnologia, armamento supersofisticado para “defenderse” de pueblos que son invadidos por ellos mismos y se defienden con armamento suministrado de escaso poder tanto a corta como larga distancia… Y que encima, los poderosos ponen dinero para marear tanto a sus aliados, como sus enemigos, y lo aplican en cantidades siderales para atacar poblaciones indefensas en su mayoria… es, sino obsecuente, criminal
      Y si sos sionista (cosa que parece) sabes muy bien de que estoy hablando… sos parte del problema.