previsión social

¡Por favor! Respetar a los uruguayos

Al mundo económico financiero hay que respetarlo. ¡Es la economía, estúpido!, decía el asesor del ex Presidente Clinton, lo cual no justifica actitudes despreciativas que provienen de ese mundo. El tema de las AFAP es lo suficientemente complejo como para exigir conductas equilibradas.

“No es justo que quienes tuvieron un buen trabajo en su vida sean una carga para el resto de los uruguayos. Los detractores del pilar de ahorro individual cambiarían si se abstrajeran de la ideología… En Uruguay las aseguradoras privadas se retiraron del negocio previsional porque no les resultó rentable porque las jubilaciones deben ajustarse periódicamente, según la evolución del Índice Medios de Salarios”. Palabras recientes del gerente general de AFAP-SURA en Uruguay.

Si se trata de Derechos Humanos Fundamentales, trabajo y seguridad social lo son; de promover la aplicación de la solidaridad redistributiva de la riqueza con justicia social, o de sostener que quien defiende un sistema solidario no lucrativo, no concibiendo a la seguridad social como mercancía financiera, decir que lo hace sin ninguna ideología o posición política que lo sustente, es un disparate. ¿En qué mundo viven estos señores y qué credenciales tienen para decir tamaña insensatez? Cuando ellos defienden las AFAP, ¿no actúan ideológica y políticamente? ¿Por qué se plantea desde tiempo atrás eliminar la periodicidad de la revaluación de pasividades, o la sustitución del Índice Medio de Salarios por el Índice de Precios al Consumo-IPC? Hasta se ha llegado a expresar que mientras los mercados financieros sigan siendo libres, obligar a revaluar la prestación por el IPC es un mero “canto a la bandera”. ¿Esto es neutral, no ideológico?

Hablar hoy de AFAP, es sinónimo de sistema financiero. Ya no se trata de prestaciones sociales sino de rentas previsionales. Un mal paso de las aseguradoras en el mundo especulativo en que se mueven, previendo no poder hacer frente en el futuro al pago de las prestaciones-rentas, es un “descalce financiero”. Se ha llegado a expresar que hay que generar competencia de mercado para poder responder al pago de las prestaciones, ¡consejo similar al del FM! tiempo atrás. ¿No es ideológico?

El trabajador no debe pagar nada extra por afiliarse a una AFAP, se repite asiduamente. ¿De dónde sale entonces la comisión que estas sociedades anónimas perciben por administración del dinero y por la prima por invalidez y fallecimiento? Sin duda, del trabajador, con lo cual su ahorro será menor, y en consecuencia su futura pasividad, también. Dicho sea al pasar, el BPS recauda y le transfiere lo recaudado a estas sociedades anónimas, ¡gratuitamente! ¡Qué negocio! Cobran comisión, al trabajador le disminuye su jubilación, y el BPS les hace el trabajo gratis. Señores ¿esto no es política ideológica?

El famoso descalce financiero originó que el Banco Central rebajara la tasa de interés que cobran las aseguradoras a partir de junio de 2012, del 3% al 1.5%, lo cual repercute en una baja del monto de la pasividad entre 8% y 20%, ya que la misma es un ingredientes cuantitativo para el cálculo jubilatorio. ¿Qué tendrán que ver las pasividades con el tema? ¿Estará influyendo la valorización de Índice Medio de Salarios desde 2005 en adelante? ¿Será por eso que surgen planteos respecto del cambio del IMS por el IPC, un simple canto a la bandera como se ha llegado a expresar?

Si un trabajador no tiene el nivel salarial para entrar a una AFAP, puede optar voluntariamente por ingresar a la misma, obteniendo por ello una bonificación especial del 50% en cálculo de su Sueldo Básico Jubilatorio, de la que se hace cargo el BPS. Se calcula que al año 2016 el monto de la erogación por esa especie de subsidio o favor al sistema AFAP y perjuicio para el BPS, ascendería a más de US$ 400.000.000. Otra vez ¡qué negocio! ¿Casualidad, o problema financiero, ideológico y político?

¿Por qué el INES fija la expectativa de vida en 95 años, pero para el sistema AFAP es 110 años, perjudicando al afiliado, ya que no es lo mismo que el monto a repartir se divida entre 110 que entre 95. El cociente, es decir la pasividad, será menor obviamente. ¿Será para evitar el descalce? ¿No hay nada ideológico atrás? Me viene a la memoria Mark Twain cuando decía muchos años atrás “un banquero es un señor que nos presta un paraguas cuando hace sol y nos lo exige cuando empieza a llover”.

Los uruguayos no nos merecemos que nos tomen por tontos cuando se realizan determinadas afirmaciones. Estamos ante un tema complejo que requiere madurez política, diálogo, progresividad de enfoques y conocimiento. Y fundamentalmente seriedad, desterrar este tipo de pensamientos que agreden la inteligencia de los uruguayos.