argentina dispuesta a atenuar impacto de sus medidas

Negociaciones bipartitas por turismo esta semana

El gobierno argentino finalmente decidió abrir una instancia de diálogo con Uruguay y se sentará a una mesa de negociación bilateral en las próximas 48 horas para tratar de encontrar “soluciones creativas” a la amenaza que sufre la industria turística nacional para la próxima temporada por las medidas cambiarias implementadas en el último tiempo por la administración de Cristina Fernández.

Según pudo saber LA REPÚBLICA, la idea del gobierno K es que una mesa conformada por todas las vertientes del equipo económico del kirchnerismo (esto es, desde la economía de Hernán Lorenzino hasta la pata impositiva de Ricardo Echegaray pasando por el comercio exterior de Guillermo Moreno) traten de avanzar en las negociaciones con representantes del presidente José Mujica para tratar de encontrar alternativas que atenúen el peso de las últimas medidas argentinas que, encareciendo el costo del dólar, desincentiva el turismo fronteras afuera. Uruguay, en donde el turismo representa el 7% del PBI, es el país más afectado por una medida que, siguen sosteniendo en el oficialismo vecino, “no es para perjudicar a ningún otro país, sino para estrechar los controles en el nuestro”.

Lo cierto es que la resolución de este nuevo nubarrón en la agenda bilateral ha quedado al tope de las preocupaciones de Mujica. Tal es así que incluso un tema denominado “de importancia estratégica”, como el dragado del canal Martín García, ha quedado en segundo plano ante la posibilidad de que las restricciones que impuso la impositiva argentina para que los turistas del otro lado del Río de la Plata accedan a dólares baratos en el mercado oficial terminen impactando directamente en la temporada veraniega del próximo año.

En ese marco es que en la reunión que tendrá lugar entre miércoles y viernes los representantes de ambos países tratarán de avanzar en una posibilidad que permita que la disparidad cambiaria no haga frenar la actividad turística. Esa estrategia tiene dos frentes: en primer lugar, estará sobre la mesa la posibilidad de establecer algún tipo de paridad entre monedas que sea benificiosa para los dos países. ¿Nacerá un “dólar celeste”, con un sistema de compensación para que compren quienes visitan Uruguay?

Pero la importancia de contar con las tres patas del equipo económico argentino en la reunión es central. Un ejemplo de cómo a veces operan cada una por su cuenta se dio el viernes pasado: funcionarios cercanos al ministro de la cartera, Lorenzino, habían esbozado cerca de las 16 la posibilidad ampliar la cobertura del sistema de tarjeta de débito en Uruguay para sortear el recargo que horas antes se había impuesto sobre las operaciones con crédito. Pero a las dos horas esa alternativa se desvaneció cuando el responsable de la AFIP Ricardo Echegaray dejó entrever que el débito, al igual que las compras hechas por Internet (léase, por ejemplo, reservas de hoteles), también quedaría afectados por el 15% que la impositiva vecina agregará como adelanto del pago del impuesto a las ganancias.

Esta ampliación de la lista de controles cambiarios (que empezó a fines de 2011 con mayores requisitos para la compra del dólar oficial, abriendo así el jugoso negocio del mercado paralelo) fue especialmente mal vista por sectores del gobierno uruguayo, pese a que desde Argentina se sigue invocando la “buena fe” existente para no lesionar la industria turística. “Lo de la tarjeta de débito casi que puede llamarse la ‘norma anti-Uruguay’. ¿O alguien se imagina a un porteño pagando con eso en París o Miami?”, se quejaba ayer un hombre del gobierno, con sobrada razón sobre el uso extendido de ese medio de pago en negocios desde Colonia a Rocha.

Por eso la esperanza del gobierno uruguayo es que haya algún tipo de paliativo para que las tarjetas de débito (obligatorias para el cobro de salarios en la Argentina desde 2001) encuentren algún mecanismo para eludir el nuevo control que recarga con el 15% su uso fuera del país. Esta nueva recarga (oficializada ayer en el boletín oficial) lleva a casi 5.50 pesos cada dólar consumido por esta vía fuera de Argentina, contra los 4.65 del oficial (el que pueden comprar, por ejemplo, los turistas con destino estadounidense), pero que sigue siendo beneficioso frente al denominado “blue”, que se consigue en las casas de cambio por arriba de los 6 pesos.

Ayer, luego de haber reconocido a este diario que no habría “excepciones” para los nuevos regímenes, Echegaray volvió a encarar el aspecto fiscal de las medidas y aclaró: “con la situación fiscal transparente, los argentinos pueden vacacionar, consumir y realizar eventos en el lugar del mundo que quieran”. Claro que, añadió irónico un hombre del gobierno, “hoy le es más barato hacerlo en Estados Unidos que en Uruguay”.

El titular de la AFIP destacó que “cada ciudadano puede orientar sus consumos hacia dónde quiera, puede gastar en lo qué quiera, cuándo quiera y cómo quiera”, y agregó que “la AFIP, con la tecnología y la información con la que cuenta, ‘cruzará’ los consumos y estos deben ser compatibles con las declaraciones juradas presentadas”.

Informe de contaminación

Uruguay solicitó al gobierno argentino que publique los resultados del impacto ambiental producido por la planta de UPM ubicada en Fray Bentos, para dar respuesta a un juez de ese país que solicitó esa información.

El subsecretario de Relaciones Exteriores, Roberto Conde, recordó que hay una solicitud de un juez federal de Concepción del Uruguay al organismo argentino-uruguayo de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) para que informe sobre el impacto ambiental de la planta de celulosa. Advirtió además que la CARU no está bajo la jurisdicción de la Justicia argentina por tanto en principio no está obligada a cumplir sentencias dictaminadas por la Justicia de ese país.

Sin embargo, agregó Conde, Uruguay solicita que se publiquen los resultados en apego al protocolo entre ambos países que indica que la divulgación debe ser en común acuerdo de todos los informes realizados.

Conde explicó que esos resultados no se conocen aún porque aún hay un aspecto en el cual el comité científico no logra ponerse de acuerdo y es el nivel de temperatura permitido del agua.

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