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Uruguay y el índice gini

Los números del Frente Amplio (II)

Gonzalo Perera PUBLICADO el Viernes 28 de septiembre, 2012
Gonzalo Perera

Continuamos desarrollando una serie de números que surgen de sitios de acceso público, no cuestionados por absolutamente nadie, en particular por la oposición.

El Índice de Gini mide el grado de igualdad con que se distribuye un recurso en una comunidad. Su mínimo valor es cero y corresponde a cuando cada individuo recibe una alícuota del recurso; su máximo valor es uno y refleja cuando un solo individuo posee la totalidad del recurso. La ONU difunde el Índice de Gini sobre los ingresos de los países: el recurso es el total de ingresos de cada país y se mide con qué grado de igualdad se distribuye. Usando una vieja metáfora, se observa qué tan bien se reparte la “torta” de cada país.

Se pueden distinguir tres grupos de países: el grupo I corresponde a un Gini de ingresos menores a 0.33 (ingreso distribuido de manera significativamente equitativa); el grupo II corresponde a un Gini entre 0.33 y 0.46, donde el nivel de desigualdad es moderado y el grupo III, con Gini superior a 0.46, corresponde a un significativo nivel de desigualdad en la distribución de ingresos. De los 147 países en que este relevamiento fue hecho al 2011, apenas 31 formaban parte del grupo I (entre ellos Suecia, Dinamarca, etc.), 76 el grupo II (entre los cuales Argentina y Uruguay), y 40 el grupo III (entre los cuales EEUU, China, Chile, México, Brasil, Sudáfrica, etc).

Básicamente el grupo I está formado por países que poseen o han tenido durante mucho tiempo fuertes políticas de Estado de Bienestar y el grupo III por países de considerable riqueza (en particular las grandes potencias), pero muy mal distribuida. La situación actual de Uruguay es de neta “mitad de tabla”: el Gini de los ingresos 2011 es 0.40, Pero ha venido descendiendo desde el 0,45 del 2006. Y el mayor descenso de toda su historia del Gini se da del 2010 al 2011: de 0,42 a 0,40. Recapitulemos: habíamos visto que el ingreso per cápita entre el 2006 y el 2012 aumentó muy sensiblemente: ahora vemos que, en paralelo, y manteniéndose dentro de niveles que a nivel mundial son intermedios, la desigualdad en su distribución se redujo entre el 2006 y 2012.

Tras décadas de discurso neoliberal de que “primero hay que hacer crecer la torta y después repartirla para no repartir pobreza”, los años del FA en el gobierno han mostrado que es posible que los ingresos crezcan mucho y se repartan un poco mejor a la vez. Digo “crecer mucho y mejorar su reparto un poco” pues no se trata tampoco de mostrar la realidad color de rosa y los distintos adjetivos caben. Pero más allá de esta precisión, lo cualitativo y crucial es que en la repostería del FA las tortas crecen mucho y se reparten un poco mejor, a la vez.

Anotemos tareas pendientes y no solo logros. En primer lugar, si se sostiene el nivel de descenso actual de Gini en los ingresos, de aquí a entre cuatro y siete años Uruguay pasaría a ser parte del grupo I, objetivo que puede y debe ser alcanzado y que significará estar entre la treintena de países más equitativos en la distribución “de la torta”. Pero en segundo lugar, y sobre este punto volveremos con más detalle, como ha apuntado la profesora Andrea Vigorito, del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la UdelaR, una cosa es “ingresos” y otra “riqueza” (que comprende activos financieros, propiedades, capitales, etc.). Mientras se continúa avanzando en el crecimiento con redistribución del ingreso, es necesario y posible avanzar en la cuantificación e identificación de la riqueza total (y su correspondiente redistribución).

Sin embargo en el Uruguay de hace unos años no interesaba mucho estudiar los ricos, sino frenar la catarata de pobreza e indigencia. Y un dato “duro” que la oposición suele esquivar con gran mezquindad, es que, en el Uruguay 2012, en relación al 2004, hay 850 mil personas que ya no son pobres, hay 150 mil personas que ya no son indigentes, y hay 45 mil personas que accedieron a un trabajo regular por primera vez (y este dato no toma en cuenta la regularización de trabajos precarios preexistentes).

Y eso no fue fruto de la benevolencia de las condiciones externas, que tuvimos el precio del barril de petróleo por los asteroides y un largo conflicto con Argentina: de afuera han venido verdes y maduras.

Es fruto de otros numeritos que iremos analizando uno por uno, buscando galvanizar las conquistas a no perder y señalar tareas pendientes o desafíos a asumir.

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3 Comentarios

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  1. Festejen uruguayos, festejen!!!!. En el índice de Gini, estamos llegando a los mismos niveles que la década infame del 90 con neoliberalismo incluído y todo. (datos del World Bank: 1992 = 0.40; 2004 = 0.47; 2010 = 0.45).

  2. Veo que hay una catarata de buena letra, salir a defender los logros. Que los hay, y que radican en los numeros economicos, pero que, y esta es la parte dura, para lograrlos, han golpeado a la clase media y mas a la media baja casi marginal, o, mejor dicho a la pobre, casi clase media. Dieron lugar a estar en los niveles del 2002 pero no se comparan a los de finales del 60 principios del 70, hace unos 40 años.
    En buen romance no se tocó casi a las clases altas, y ahora en lo que resta del gobierno,o se ponen las pilas y nos convencen que era “por nuestro propio bien” y no pierden tantos votos… o,los rosados ganan terreno.
    Apenas haya un vuelco economico,los rosados van a capitalizarlo,porque esta pseudo izquierda desde el gobierno está dando catedra desde la billetera,y esa,no tiene ni conciencia ni ideología.Lo sabemos todos, los pro gobierno (aun en los errores) y los pro rosados. Pero cada grupete tiene pocos camiseteros… los demas son votantes y es ahi donde se juega el verso

  3. ME PARECE UN DELIRO TOTAL HABLAR ASÍ, CUANDO LA CLASE MEDIA SE MUERE DE HAMBRE. DE LOS RICOS, SERÁN SIEMPRE RICOS, NADIE LOS TOCA, NI AQUÍ, NI EN EUROPA, NI EN ORIENTE. SON LOS QUE SIEMPRE CAEN PARADOS. ES LA REALIDAD Y NO TIENE REMEDIO, A MENOS QUE ALGUIEN PLANTEE UN REAL CAMBIO.