la relación con Uruguay, los negociadores con el presidente mujica
Más allá del cargo formal que tiene el ministro Lorenzino, Moreno y Echegaray ganan peso como línea dura mientras Kicillof se hace fuerte en planificación y sectores estratégicos.
Las negociaciones bilaterales para atenuar el impacto que las últimas medidas cambiarias del gobierno de Cristina Fernández puedan llegar a tener en la temporada veraniega en el país han vuelto a poner sobre la mesa la existencia de más de una corriente económica en el Gabinete K.
El área económica del gobierno argentino es hoy en día una heterogénea superposición de funcionarios y cada uno con roles específicos, pero también cargada de celos, funciones poco claras y visiones opuestas sobre algunas de las líneas centrales de la economía en el vecino país. Esas visiones hasta contradictorias en algunas ocasiones interfieren directamente en la relación con Uruguay, como quedó de manifiesto en la sucesión de medidas para estrechar el cerco cambiario que tomó el jefe de la impositiva, Ricardo Echegaray y el laberinto de alternativas que se tejen en los distintos despachos para pasar del dicho al hecho en las declaraciones de “buena voluntad” para reducir el posible perjuicio al país.
Hoy el manejo formal del área recae sobre Hernán Lorenzino, un hombre de confianza del vicepresidente Amado Boudou, con amplio pasado en el peronismo. Pero este economista bonaerense de 40 años se suma a la larga lista de ministros que, como sus antecesores Martín Lousteau, Carlos Rodríguez y Felisa Miceli no han podido hacer primar la estructura formal del organigrama del Estado argentino y todavía mantiene un poder real muy por debajo de dos hombres que en teoría son sus subordinados: el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el propio Echegaray, titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), a la sazón los dos hombres con mayor injerencia en el rumbo de la economía vecina.
Junto a estos tres funcionarios asoma el viceministro de Economía y uno de los hombres de mayor ascendencia sobre la presidenta, Axel Kicillof, quien ha quedado con la planificación económica bajo su área, además de haber ganado terreno sobre dos sectores estratégicos. De afiliación tardía a La Cámpora, este economista, también de 40 años, es el flamante responsable de la política energética de la Argentina, y al mismo tiempo encargado de coordinar la tarea de los hombres que el Estado argentino tiene como representantes en los directorios de las empresas privadas en las que cuenta con participación accionaria, como Siderar, la gigante del aluminio Aluar, el banco Macro o Telefónica.
A ese cuarteto de hombres se le suman las tres mujeres con peso en el Gabinete. Por un lado la ministra de Industria Débora Giorgi, que tiene bajo su mando las negociaciones con Brasil y hoy en día se aboca básicamente a fortalecer un vínculo que en Argentina, como en Uruguay, todos describen como “estratégico”. En una línea ideológica más heterodoxa, se ubica la presidenta del Banco Central Mercedes Marcó del Pont, quien en el plano bilateral mantiene charlas con su par Mario Bergara para estudiar si en algún momento se concreta el sueño del intercambio comercial eliminando el dólar. Por último, Beatriz Paglieri, secretaria de Comercio Exterior, responde totalmente a Guillermo Moreno y participa activamente de las negociaciones con los representantes de Industria y Economía del gabinete de Mujica.
El funcionamiento
En las últimas semanas la andanada de medidas cambiarias y de mayores restricciones para la compra de dólares y el veraneo en el exterior pusieron de manifiesto el peso del ala que encabezan Moreno y Echegaray. Paglieri, la otra ladera incondicional, le puso palabras al eje central de lo que podría llamarse la política económica de este sector: “cuando faltan dólares hay corrida, y cuando hay corrida no hay gobierno”, esbozó durante los festejos por el 25 de Agosto en la residencia del embajador en Argentina Guillermo Pomi. Ellos tres son el sector duro, a los que el resto del Gabinete denomina “los guardianes de los dólares”.
Lorenzino, en cambio, es apadrinado por Boudou. Y tiene por momentos el apoyo de Kicillof, enfrascado en una sorda disputa con Moreno y con Echegaray. Es que el funcionario de las patillas era crítico con el Indec antes de su asunción, y sabe que la convivencia con un Moreno que tiene tendencia a excederse en su área de competencia es difícil. Si bien los une la pasión por los discursos energéticos, uno desde la pasión y la historia de militancia corporal (Moreno) y el otro desde el recorrido académico (Kiciloff), las últimas reglamentaciones sobre el dólar los alejaron un poco más.
Marcó del Pont, también discrepa de lo que muchos ministros llaman el “control cambiario militarista” mientras muchos la ubican como posible candidata a diputada porteña el próximo año. Era partidaria de flexibilizar las compras de dólares en el mercado formal pero se alineó con el sector de Moreno. Ambos comparten, además, la animosidad con el vicepresidente y con Lorenzino, partidarios de liberar el mercado de cambios.
Así, los negociadores uruguayos en los diversos temas han ido haciendo un bosquejo de las diferentes líneas que hoy en día se superponen en el manejo de la economía K, una muestra multiplicada, a su vez, de las miradas cada vez más divergentes que también existen en el Gabinete de Mujica. Así como hay distancias cada vez más grandes entre los lineamientos que en público y privado trazan desde la OPP y Economía, en Argentina es muy difícil tejer un acuerdo con uno de los sectores que no genere recelos en otro. Por eso es que los negociadores uruguayos recorren cada vez más despachos tratando de conocer esas diferencias y analizando qué quiere, en definitiva, cada una de esas líneas internas.
El ascenso de los nuevos sub-40
Apenas nombrado en diciembre pasado, Axel Kicillof se rodeó de jóvenes economistas que ya ocupan todas las segundas líneas de la estructura económica argentina. Allí sobresalen Augusto Costa, al frente de la Subsecretaría de Competitividad, Emmanuel Agis y Nicolás Arceo, tres compañeros del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda), la usina que fundó junto a otros economistas de izquierda.
De ese grupo también ocupan lugares de importancia el economista de La Cámpora Esteban Kiper, que fue designado en agosto como vicepresidente del directorio de la Casa de Moneda, el ente estatal encargado de imprimir papel moneda, y Santiago Rodríguez, al frente del estratégico Fabricaciones Militares.
La cuna de los nuevos economistas K
Buena parte de las segundas líneas que entraron al área económica del kirchnerismo en el último año tienen en común haber pasado por el prestigioso Colegio Nacional de Buenos Aires, lugar de formación casi ineludible de la juventud kirchnerista con el nuevo perfil que busca la presidenta.
Además de Kicillof y su equipo, también pasaron por ahí el presidente de Aerolíneas Argentinas Mariano Recalde y el Secretario General de La Cámpora Andrés Larroque.
Radek Stepanek le ganó 6-4, 7-6, 3-6 y 6-3 a Nicolás Almagro y ganó el quinto y definitivo punto de la serie final ante España. República Checa se consagra campeona después de 32 años.
Defensor le ganó a Bella Vista con una figura excluyente, Diego Rolan, que se ha transformado en el mejor de los violetas por su juego y por sus goles. También fueron buenas figuras Aníbal Hernández y Ramón Arias.
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¿El Frente Amplio retomará la celebración del 5 de febrero en la calle o no prevén convocar a un acto de masas?
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Armando Muniz
9 septiembre, 2012
10:16
¿NO SERIA MAS IMPORTANTE QUE SE INFORMARA ALGO NUESTRO, COMO QUIENES SON LOS 15 INTEGRANTES DE LA MESA POLITICA DEL FA.?