sensaciones

Gregorio y Recanate

Gregorio Pérez debió rescindir su contrato con Olimpia de Paraguay. Su presidente (mandamás) Recanate no quiso que siguiera al no haber obedecido el entrenador uruguayo “su orden” de dejar fuera del equipo al también compatriota Martín Silva a quien el payasesco presidente quería sancionar.

¿Por qué? Porque el arquero uruguayo había desbloqueado el bloqueador de llamadas que Recanate había hecho colocar en la concentración, además de también prohibir Internet. Quería que sus esclavos estuvieran aislados. ¿Y por qué el arquero tuvo el atrevimiento de desbloquear el teléfono? Porque su esposa está embarazada y necesitaba comunicarse con ella. Al enterarse el “zar” olimpista le comunicó a Gregorio que Martín Silva no podía jugar el domingo y que si lo ponía estaba echado.

¿Qué hizo Gregorio? Lo que Gregorio siempre ha hecho en casos donde tuvo que elegir entre la justicia y su comodidad, lo puso. Recanate, un “pequeño Stroessner” que pretende llevarse a todo el mundo por delante, que actuan como si fueran los dueños de los clubes y ponen, sacan, cambian, destratan e insultan a entrenadores y futbolistas como si fueran sus esclavos.

Este payaso cumplió con su amenaza y Gregorio debió dejar su trabajo.

Una vcrgüenza para el fútbol. Que ratifica que lamentablemente cada vez más el fútbol está lleno de estas lacras que porque tienen plata se sienten los dueños de clubes y de la gente. Pero como son muchos los “Recanates” que mandan, seguramente esta injusticia quedará impune. Lamentablemente en Paraguay estas prácticas parecen cosa habitual, vista la forma como sacaron a Lugo de la Presidencia.

En cuanto a Gregorio no sorprende una actitud como ésta, solo ratifica la clase de persona que es, más allá de la enorme vocación que sé que siente por dirigir. Pero hay cosas que no se compran, señor Recanate.