DATOS OBJETIVOS

Los números del Frente Amplio (I)

Está de moda, según parece, pegarle a la gestión gubernamental frenteamplista. Siete años que básicamente han sido una continuidad, con matices, pero donde se han sostenido determinadas políticas de manera bastante persistente. Estas políticas pueden merecer críticas, obviamente, y en estas mismas páginas he manifestado discrepancias concretas. Pero para evaluarlas en su globalidad hay que tener cierta ecuanimidad y racionalidad. La acumulación de declaraciones y adjetivos no constituye diagnóstico ni aporta soluciones.

Vayamos pues a una serie de números, tomados todos de sitios oficiales de acceso público, validados técnicamente y no cuestionados por absolutamente nadie, en particular de la oposición. Dichos números, como toda cifra, no dicen todo, pero sugieren mucho. Sobre todo cuando no se consideran aisladamente, sino en conjunto.

La lista no será breve, pero trataremos de presentar con periodicidad algunos pocos, descriptivos de aspectos sustantivos de la vida de la gente, razón última de ser de la política.

1. Al terminar el primer trimestre de 2006, el ingreso per cápita de un montevideano era 7.902 pesos, el de un residente en una localidad del Interior de más de 5 mil habitantes era 5.116 pesos y el de un poblador del “interior profundo” 4.343 pesos. Al terminar el primer trimestre de 2012, los mismos ingresos per cápita eran 19.000 pesos, 15.333 pesos y 11.796 respectivamente. Esto significa que en estos 6 años, el per cápita de los montevideanos aumentó un 140%, el de los habitantes del interior más urbanizado un 145% y el de los pobladores de las zonas habitualmente denominadas “rurales”, un 172%. Estos números sin embargo serían tramposos si no se relativizaran de acuerdo al Índice de Precios al Consumo (IPC). Hecha esta corrección, las variaciones observadas mostrarán cuánto aumentó efectivamente la capacidad de consumo per cápita en las diversas regiones. Y nos encontramos que dicho aumento fue, para Montevideo del 55%, para el interior urbano 58% y para el interior rural 75%. Promedialmente, el habitante de los principales centros poblados puede consumir hoy por encima de una vez y media lo que consumía 6 años atrás. Y el habitante del interior rural, una vez y tres cuartos. Siempre tendremos motivos para quejarnos y notaremos cosas que están mal o podrían estar mejor, pero que en estos 6 años ha habido un muy significativo aumento de la capacidad del bolsillo del ciudadano, particularmente en las zonas rurales, es indiscutible. Veremos posibles explicaciones al analizar otras cifras. Y por cierto, es totalmente de recibo la observación de que los valores “per cápita”, al ser promedios, pueden no describir fielmente la situación de vida de nadie, ya que un mismo valor puede corresponder a situaciones tan diferentes como una distribución muy equitativa de los recursos, como a una altísima concentración de muchos recursos en muy pocos. También veremos estas cifras, claro está. Pero si los per cápita no tuvieran un crecimiento realmente sustantivo, si no hubiera habido generación de riqueza general, estudiar su distribución no sería tarea particularmente cautivante. Así que el primer punto es constatar que hemos tenido en estos 6 años un crecimiento real (por encima de los costos que debemos afrontar) de entre el 55% (Montevideo) y 75% (interior rural).

2. En marzo de 2006, la tasa de desempleo en Uruguay era de 9,6% en hombres y 16,2% en mujeres. En marzo de 2012, las referidas tasas eran 4,4 en hombre y 7,4 en mujeres. Esto quiere decir que el desempleo bajó en 6 años a menos de la mitad del punto de arranque (bajó al 46% del nivel de 2006, para ser más exactos). Estos numeritos significan que más de la mitad de compatriotas sin laburo a marzo de 2006, estaban laburando a marzo de 2012. Un número que significa mucho en términos materiales y anímicos para cualquier persona que haya vivido la desocupación, y cuya entidad es evidente.

Los números no dicen todo, pero sugieren mucho, y negarse a verlo es de necios, o de fanáticos. Una oposición que se pregona responsable debería hablar de estos números cada tanto, me parece. Y la militancia frenteamplista debería tenerlos bien a mano y compartirlos con claridad. Porque cada mejora tiene atrás mucho esfuerzo, pero sobre todo, cada mejora es propiedad de toda la gente, que debe hacer conciencia de lo que conquistó para cuidarlo, no perderlo y apostar a ampliarlo aún más.