Encuentros
El martes 4 de setiembre, el presidente Juan Manuel Santos –por una parte– y la dirección de las FARC –por otra– anunciaron el inicio de conversaciones de paz el 8 de octubre en Oslo, Noruega, con una continuidad en La Habana, Cuba, tal cual había sido acordado en una serie de encuentros exploratorios efectuados en Barinas, Venezuela, y en Cuba entre el 23 de febrero y el 26 de agosto de este año, con vistas a un “Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, que se aspira alcanzar a través de conversaciones “directas e ininterrumpidas”. Estas comenzarán por el tema del desarrollo agrario y seguirán con las garantías para el ejercicio de la oposición política, el fin del conflicto armado, el combate al narcotráfico, los derechos de las víctimas, así como los mecanismos de implementación y verificación.
El anuncio de Santos fue efectuado desde la sede presidencial a las 12.30 hora de Colombia, y una hora después se difundió desde el Palacio de las Convenciones de La Habana un dvd con el mensaje del comandante del Estado Mayor Central de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverry, conocido como Timoleón Jiménez, Timochenko, quien habló junto a una imagen de Manuel Marulanda. Sus palabras fueron seguidas por los miembros de las FARC, Marco León Calarcá, Mauricio Jaramillo, Ricardo Téllez, Sandra Ramírez y Hermes Aguilar, en una comparecencia ante la prensa cubana e internacional.
Los estados garantes del acuerdo son Noruega y Cuba, en tanto Venezuela y Chile actuarán en calidad de acompañantes. Todos ellos han comprometido oficialmente sus esfuerzos para el logro de los objetivos de paz, a lo que se ha sumado una multitud de pronunciamientos, entre ellos la Unasur, el Comité de la Internacional Socialista para América Latina, el ex presidente de Costa Rica y negociador de los acuerdos de paz en Centroamérica, Óscar Arias, y muchos más. Pero sobre todo ha extendido una ola de esperanza en el pueblo colombiano, que anhela poner fin a una situación dramática que se prolonga desde hace casi medio siglo. Tuvimos en nuestro país una señal en ese sentido con la presencia de Piedad Córdoba en nombre de Colombianos y Colombianas por la Paz. Este sentimiento universal se acrecienta en la medida en que existe plena conciencia de que el proceso atravesará por inmensas dificultades, y en consecuencia la participación activa de pueblos, gobiernos y sus organizaciones será imprescindible para que esta esperanza no se frustre, como ya ocurrió.
En efecto: bajo el gobierno de Belisario Betancur (1982-1986) se inició un proceso de paz y de paulatino retorno de los guerrilleros a la vida civil. Con ese fin se organizó la Unión Patriótica. Pero finalizado su gobierno fueron asesinados los candidatos Jaime Pardo Leal, de la Unión Patriótica, en 1987, y el senador liberal Luis Carlos Galán en agosto de 1989. En marzo de 1990 fue asesinado Bernardo Jaramillo, candidato presidencial de la Unión Patriótica, y 20 días más tarde su sustituto, Carlos Pizarro. A esa altura las bandas paramilitares operaban a su antojo en la mayor parte del país.
Se registró otro intento bajo el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002). Todos vimos las imágenes del presidente Pastrana caminando con Marulanda en la zona desmilitarizada del Caguán. Pero tampoco dio resultado.
Una segunda dificultad radica en la posición de Álvaro Uribe, furibundo opositor al proceso de paz. Está clamando a diario por todos los canales que la única solución es el extermino de las FARC por la vía militar.
Un problema adicional radica en que Santos afirmó que mientras se desarrollan las conversaciones, no habrá cese de las operaciones militares. En la posición contraria, Timochenko reclamó un cese bilateral del fuego en su alocución “desde las montañas de Colombia” y lo reiteró Mauricio Jaramillo en La Habana. El agravante del caso es que el gobierno de Santos prosigue a todo tren las operaciones militares, y que el mismo día de su anuncio una incursión militar en el Meta mató a cinco guerrilleros, entre ellos un colaborador directo del jefe militar.
Estas dificultades acrecentadas son otras tantas razones complementarias para extremar el esfuerzo colectivo por la paz en Colombia, que hoy es una causa de la humanidad.
Da Silva paró a los once de Peñarol con cinco cambios: Bologna al arco, Nicolás Raguso en el lateral izquierdo, Jim Varela y Nicolini en el mediocampo, Zambrana arriba. Novick no juega, Cristóforo difícil y esperan a Estoyanoff.
Aunque sueñe extraño, los celestes rescataron un punto en el Centenario, ya que jugaron rematadamente mal, -fundamentalmente en el primer tiempo- y si bien se mejoró en el complemento y se pudo llegar al gol de Cavani, Ecuador no supo dar el golpe de gracia.
La selección de Perú igualó 1-1 con el líder Argentina en un vibrante partido disputado en el estadio Nacional de Lima en el cierre de la octava fecha de la eliminatoria sudamericana.
El valor de los aviones, la función del rematador, el remate, quiénes pueden participar de la subasta, el fideicomiso, qué pasa si no hay ofertas, la segunda subasta, el rematador. El breve cuestionario arroja luz sobre un hecho histórico que acontecerá hoy.
La Comisión de Constitución de Diputados se apresta a votar hoy la póliza que contratará el Ministerio de Economía al BSE para cubrir a los habitantes del país frente al riesgo de muerte o invalidez por delitos de violencia. Se prevé aprobarlo en el plenario en esta jornada.
El próximo 23 de setiembre, fecha en que se recordará el 162 aniversario del fallecimiento del general José Artigas, será el día en que sus restos vuelvan al Mausoleo de la Plaza Independencia, dejando atrás su pasaje por el Palacio Legislativo.
General
10 septiembre, 2012
14:32
Colombia necesita paz, pero será dificil llegar a buen puerto.
Ya existe el antecedente de la traición por parte del gobierno al M-19. Y este gobierno con esta actitud no está asegurando que no pasará lo mismo. Parecería que el compromiso y el alto al fuego, le corresponde solamente a la guerrilla. Pero una vez que entregan las armas, agarrate Catalina! Menos mal que esta vez Niko Schvarz, no percibe una celada de Noruega para atrapar a la cúpula de la guerrilla colombiana, ni un ataque nuestra identidad latinoamericana, como la que le adjudicó a Suecia, en un artículo anterior. Me hizo recordar un “sketch” de Les Luthiers, donde los políticos le piden a un músico que les arregle el himno, donde el supuesto enemigo de la patria, pasa a ser Noruega.