tiempos modernos

El turismo es una causa nacional

Al país le va bien, así lo muestran todos los indicadores macroeconómicos y sociales. Pero no hay lugar para dormir la siesta.

Hay una sensación generalizada de que pueden surgir en el horizonte cercano algunas dificultades y no producto de falencias de la política interna, sino a causa de factores externos. Por eso la mayor preocupación del gobierno uruguayo es la relación con Argentina, que gracias a su política proteccionista y a la defensa del peso argentino, nos provoque un trauma en la política turística.

Hay que saber, lo sabemos todos, que hay factores económicos y financieros que tienen más o menos impacto que otros. Es cierto que la apertura de la venta de carnes y leche a Corea del Sur es una propuesta estratégica de consecuencias de mediano plazo, por cierto muy trascendentes.

Pero si la temporada turística del próximo verano fracasa por la ausencia de los argentinos en nuestras costas, el impacto será inminente y por cierto negativo, en tanto la actividad turística influye directamente en el mercado laboral y en el desarrollo del comercio interno, a la vez que aporta a las arcas del Estado.

Ante esta situación extremadamente compleja y peligrosa, se hace imprescindible que el sistema político en su conjunto, así como el empresarial, tenga acciones comunes que permitan mantener el flujo turístico.

Hay que saber que el turismo tiene como factor fundamental no solo la identificación del turista con la zona, sino también con los costos. Por eso se hace imprescindible que el sector empresarial turístico exponga un golpe de efecto para bajar los costos, con la intención de que la merma turística sea lo menor posible.

Quizás en esta próxima temporada el negocio turístico no sea un gran negocio, como lo ha sido en temporadas pasadas, pero no puede ser un gran fracaso.

El gobierno está actuando con cautela y firmeza y seguramente logrará establecer algunos resortes y herramientas que encanten a los turistas argentinos que frecuentan nuestras tierras, Pero con eso no alcanza: hay que bajar costos, pero también se necesita un clima de hermandad imprescindible con el pueblo argentino. Y en eso está el presidente José Mujica, quien tiene toda la capacidad para no tirar de la piola hasta que se rompa.

Los uruguayos estamos ante un desafío inmenso que es mantener al turismo como fuente de ingreso sustancial, para que nuestra economía siga desarrollándose y que se mantenga la ocupación.

En los comienzos de diciembre nos jugamos muchas cosas y no solo la relación con la economía argentina, sino también el bienestar de nuestra población. Eso requiere de unidad, pero también de una visión estratégica de entendimiento con Argentina, que nos permita mirar lejos y avanzar en conjunto, aunque seamos los compañeros o los socios menores de una vecindad histórica, que nos ha hecho bien a todos y que nos hará mucho mejor si la mantenemos y la empujamos hacia delante.

Tenemos una buena Cancillería y un buen Ministerio de Turismo, que se han puesto el desafío al hombro. No queda otra que trabajar a contrarreloj. En este equipo están las intendencias de Maldonado, Canelones, Rocha y Colonia, que tienen mucho por hacer, en tanto son los pilares fundamentales de la recepción turística. Es de esperar que el sector empresarial se muestre con una misma sensibilidad constructora.

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