reforma de la salud

Dificultades, responsabilidades y compromisos

Algunas dificultades que está teniendo la reforma de la salud en su implementación, no nos pueden hacer dudar del éxito que va a tener cuando culmine su implantación definitiva. Sabido era que una reforma estructural tan importante, con estas características, iba a tener dificultades que podrían retrasar la culminación de la mismas, fruto de intereses encontrados tanto politicos-ideologicos, gremiales, como empresariales.

A pesar de los objetivos superiores a que apunta la misma, como lo son la universalidad de la asistencia de salud para todos los uruguayos, su integralidad y calidad igualitaria, y la accesibilidad para todos, con un modelo de atención, gestión y financiamiento que le diera solidez y sustentabilidad en el tiempo. Todo ello ejecutado a través de un sistema nacional integrado coordinando y complementando el subsector público y privado, modelo que viene siendo adoptado en la gran mayoría de los países. Sin embargo su diseño definitivo se va retrasando por la dificultad de encontrar los equilibrios necesarios entre todos los actores involucrados.

Cuando encontramos que algunos responsables de la gestión, que a título individual o corporativo toman decisiones equivocadas, muchas veces con soberbia, y a contracorriente de las que los compromisos y la lógica indican, están cometiendo el error de hacer que se interprete que lo que fracasa es la reforma, cuando lo que está fracasando es la gestión, que solo bastaría rectificarla para acelerar el proceso y concretar los objetivos.

La pata pública del Sistema Nacional Integrado de Salud es ASSE, cuyo fortalecimiento es fundamental para darle solidez al sistema, y a la que se le fueron volcando en los sucesivos presupuestos significativos recursos para ponerla al mismo nivel asistencial que el subsistema privado. Y aún no se han obtenido los resultados esperados.

Ha habido dificultades en su conducción política, decisiones equivocadas, con una estructura tal vez no funcional, demasiado centralizada, las características personales de los líderes, no ha sido lo mas adecuado para dirigir el proceso, lo que hizo que no hace mucho el Presidente de la República decidiera cambios a nivel del Directorio, creándose muchas expectativas en cuanto a la rectificación de políticas para recuperar el tiempo perdido.

Últimamente los reiterados conflictos de funcionarios, médicos y no médicos, acompañados de medidas que no son compartidas y aceptadas por la sociedad y que afectan servicios que tienen que ver con la atención de la salud, donde está implícita la vida de las personas, derecho humano prioritario, han creado inquietud pública.

A pesar de la legitimidad que pudieran tener las reivindicaciones, esto ha llevado en reiteración, a que el Ministerio de Salud Pública frente a conflictos en la salud que han llegado a afectar la asistencia en los servicios de Salud Pública, se haya visto obligado a aplicar el Decreto de Esencialidad de los Servicios o a solicitar al Parlamento leyes de emergencia que autoricen medidas extraordinarias, con recursos incluidos, para restablecer la normalidad del servicio.

A nosotros se nos generan dudas, en cuanto si hay que llegar a leyes de emergencia sanitaria para solucionar las consecuencias de los conflictos, ó si las mismas son consecuencia de la incapacidad de prevenir o solucionar los conflictos, que muchas veces se desencadenan, a causa de decisiones demasiado postergadas e inoportunas y otras veces, no ajustadas a derecho.

Y volvemos a lo del principio, la reforma de la salud debe ser irreversible. En su permanente construcción se debe ser muy cuidadoso, actuar con mucha responsabilidad y sabiendo que la única beneficiaria debe ser la gente y que los actores deben estar en función de ello y no de intereses personales o sectoriales.