Una interpelación injustificada

En el día de hoy se llevará a cabo en el Senado de la República una interpelación sobre la situación de la educación y el estado de los acuerdos multipartidarios al ministro Ehrlich por parte del senador Larrañaga. El tema de la educación es uno de los problemas centrales de la sociedad uruguaya. Las encuestas de opinión pública ubican los problemas de la educación como el segundo gran problema del país, después del tema de la seguridad. En los gobiernos de los partidos tradicionales los grandes problemas de la sociedad eran los temas económicos y el empleo, que en la medida que han mejorado pasaron a un segundo plano. La seguridad y la educación son problemas concretos, aunque magnificados y agrandados por los grandes medios de comunicación. Por ello, y a iniciativa del presidente Mujica, fueron objeto de acuerdos políticos en el 2010. El acuerdo de educación es un documento muy completo y bien conceptuado, con diversas metas, especialmente para el año 2015 y donde se especifica que “los plazos establecidos en las metas acordadas se consideran orientaciones y serán logrados en función de las posibilidades”.

Los temas de la educación son centrales para el futuro del Uruguay, máxime cuando vivimos en el mundo del conocimiento. Pero los problemas de la educación no nacen a partir del gobierno del Frente Amplio. Tienen larga historia y no se resuelven con medidas exclusivas en el ámbito de la educación. Las desigualdades sociales y territoriales son una de las causas más importantes, que requieren acciones en la alimentación, la salud, la vivienda y en el ordenamiento territorial. Por ello, los acuerdos políticos y sociales son centrales. Las políticas de Estado y la continuidad de las mismas son fundamentales para ir atacando y resolviendo sus principales problemas. Garantizar y defender los acuerdos políticos es central para el futuro de la educación, y para el futuro del país.

La oposición debe controlar y es muy relevante también su participación en la gestión. Es por eso que deploramos la salida de las instituciones educativas donde participaban los integrantes de Vamos Uruguay del Partido Colorado. Hoy nos parece muy inoportuna una interpelación sobre estos temas con el objetivo de romper los acuerdos sobre educación. En octubre de 2011 el ministro Ehrlich fue llamado a sala en régimen de Comisión General. Posteriormente se concretó un nuevo acuerdo educativo en febrero de 2012. No han pasado seis meses del último acuerdo y se plantea una interpelación, que siempre es una confrontación, que se va a centrar en las diferencias, que tiende a romper los acuerdos. La interpelación se plantea en una coyuntura política donde la oposición usa calificativos agraviantes y descalificadores para el gobierno del FA y para el presidente Mujica. El accionar opositor es propio de la democracia y de la búsqueda de obtener réditos políticos electorales. Pero no a costa de retirarse de los cargos como hace un sector del Partido Colorado ni de romper los acuerdos educativos, porque esto no solamente afecta al gobierno sino especialmente al propio Uruguay. Quienes impulsan la interpelación son los que fueron más proclives a los acuerdos políticos. Cuando acordaron, ¿no tenían visión de futuro? ¿Están obnubilados y quieren competir por ser los más firmes opositores del gobierno?

Los acuerdos de 2010 y especialmente el de 2012 se han venido cumpliendo. En el caso del “fortalecimiento de los centros educativos” se eligieron las instituciones piloto de las distintas ramas de la enseñanza y se avanza en las tareas de diagnóstico. El tema fue una de las principales causas de la remoción de los directores de Secundaria Ubilla y Romeo. Es posible que no se puedan iniciar las tareas para setiembre del 2012, pero seguramente se concretarían para marzo de 2013. Se pidió una extensión de 18 centros a 300 con la ampliación de los recursos financieros correspondientes. Todavía no se evaluaron las experiencias piloto y ya se solicita una nueva ampliación con nuevos recursos financieros. Esto no se concretó, como tampoco lo obtuvo el Sistema Nacional de Cuidados que se esperaba que funcionara como una especie de buque insignia del gobierno de Mujica, que solo obtuvo el 20% de lo necesario para cumplir las experiencias piloto correspondientes. Dificultades en el Pro Mejora ¿son suficientes para una interpelación? ¿Es esto suficiente para romper los acuerdos que tanto trabajo dieron y que son tan relevantes para el futuro del país? Parecería que no importan los acuerdos sino la confrontación y oposición para obtener réditos político-electorales.

Los acuerdos son centrales para un problema que no es circunstancial, que no deriva exclusivamente de la gestión del gobierno frentista, que es estructural. Entre 1996 y 2006 los jóvenes de 20 a 24 años que culminaron el nivel secundario superior pasaron en el promedio de América Latina de 36% a 55%. En cambio en Uruguay pasaron en el mismo período de 36% a 37%, en los gobiernos de Lacalle, Sanguinetti, con la reforma de Rama, y Batlle, y en los inicios del gobierno de Vázquez. Si analizamos resultados atendiendo a las desigualdades sociales y territoriales, nos encontramos con la siguiente situación: de los jóvenes pertenecientes al primer quintil de menores ingresos sólo terminan la secundaria básica el 38% y la media superior el 8%; en cambio los jóvenes del quintil superior en un 95% terminan la media básica y el 70,5% la media superior. En el plano territorial, el 94% de los que provienen de Casavalle no terminan la media superior, mientras que los provenientes de Pocitos que no la terminan alcanzan el 20%, que inclusive es también alta. De las pruebas PISA de 2009 también surge que el 70% de los jóvenes provenientes de los barrios desfavorables tiene bajo desempeño en lectura, matemáticas y ciencias, mientras que el 10% tiene bajos desempeños cuando proviene de contextos favorables. Esto es más que demostrativo de la necesidad de políticas de Estado, de la necesidad de acuerdos políticos y sociales, fundamentales para el futuro del Uruguay.

Se han dado diversos avances en materia educativa en los últimos años, pero nos interesa mostrar los futuros desafíos. El tema central es la deserción en la enseñanza media básica. Esto es consecuencia de la repetición en primaria; de las desigualdades sociales y territoriales; de la transición de primaria con un maestro a secundaria con 12 profesores; de los contenidos de la educación para definir qué se enseña, cómo se enseña y quién enseña; de la relación profesor–alumno que se vincula a la necesidad del pasaje de profesor taxi a profesor cargo y a la necesidad de enfrentar las ausencias de los profesores; de la necesidad de un plan educativo dentro de una estrategia social global que debe incluir soluciones a la alimentación, la salud, la vivienda y el ordenamiento territorial. Estrategia global vinculada a los problemas del empleo y, por lo tanto, a la necesidad de definir los elementos centrales de la estructura productiva. No se resuelve el empleo productivo sin educación, ni ésta sin ingresos de las familias derivados de empleos dignos. Sin duda hay un vínculo directo entre las familias, el barrio, la educación y el empleo.

El segundo gran tema es la formación de los docentes, que se vincula a la necesidad de estudios universitarios, a los niveles salariales, porque maestros y profesores siguen emigrando hacia otras tareas mejor remuneradas, y por el brutal descenso de los inscriptos en Magisterio. También hay corporativismos que afectan el mejor funcionamiento de los acuerdos, que no debemos soslayar. Por ello, son fundamentales no solamente los acuerdos políticos, sino también los acuerdos sociales, porque el plan educativo deberá necesariamente contemplar los inevitables cambios en los contenidos de la enseñanza a la luz de los grandes avances tecnológicos. Para eso el plan Ceibal es de una considerable ayuda, a lo que debe agregarse el bono demográfico, por la baja tasa de natalidad, que significará un descenso de los niños que ingresarán en los próximos años al sistema educativo.