Viernes, 24 de Agosto de 2012. Montevideo - Uruguay
Edición Impresa
Iniciar sesión Registrarse

Justicia tributaria

Editorial PUBLICADO el Miércoles 22 de agosto, 2012
La República Digital

Las gremiales agropecuarias han puesto el grito en el cielo ante la decisión de la DGI de inspeccionar un centenar de agroempresas para verificar si sus declaraciones de impuestos están en consonancia con la realidad económica de sus emprendimientos.

Desde que los seres humanos se organizaron en sociedades cada vez más complejas, con división del trabajo, con clases sociales y con una estructura jerárquica del poder, todo lo atinente a tributos, impuestos, gravámenes, estuvo presente y fue motivo de arduas polémicas. Aunque resulte obvio, recordemos que para cumplir sus funciones a cabalidad, el Estado necesita recursos: debe pagar sueldos de guerreros y funcionarios, debe solventar gastos de campañas bélicas, debe construir obras de infraestructura, debe pagar a pedagogos para que instruyan a los jóvenes, debe atender las necesidades elementales y la salud de los menesterosos (teóricamente, al menos), etcétera. A tal fin, ese leviatán (que no genera riqueza mediante actividades productivas) impone contribuciones a sus súbditos o ciudadanos que le permitan hacer frente a sus obligaciones. Diezmos, gabelas, alcabalas, acémilas y alfardas figuran en la larga lista de exacciones ideadas a lo largo de toda la historia.

Aun sin llegar a los extremos abominables de la Edad Media, a nadie le gusta pagar impuestos; y a los ricos, menos les gusta. Los gobiernos se encuentran, así, en una encrucijada. Deben, necesariamente, aplicar impuestos para ejercer su función y cumplir su programa; asimismo, diseñan su política tributaria en función de mejorar la distribución de la riqueza. Ahora bien, ningún gobierno (y menos uno de signo progresista, con mayor sensibilidad social) puede imponer a todos los ciudadanos al barrer sino que debe elegir a aquellos que más tienen.

¿Está mal que se controle a quienes han obtenido mayor rentabilidad? ¿No es, acaso, el sector agropecuario uno de los que más beneficios han obtenido? No se trata, claro está, de un “castigo” a los que producen, como suelen afirmar las clases conservadoras en su afán por no ver menguado su patrimonio. Es, simplemente, una cuestión de justicia elemental.

No se trata de perjudicar a nadie sino de beneficiar a todos.

Un Comentario

Debes estar registrado para poder realizar comentarios. Registrarse



  1. Quien va a tocar la patria financiera?
    NADIE. Cuantas tierras son entregadas a colonos? cuantos financiamientos van para los pequeños productores asociados?
    Este cuentito de “controlar” a los que les pagan las campañas, las prebendas, las comidas, hasta viajes, es puro cuento.
    Otro amague a la izquierda, y giro a la derecha. Seguro meteran un poco mas de presion a los sindicatos. Seguro sale otro bolazo de presidencia para distraer y subir los servicios. Otra vez la sequia o la lluvia, o las exportaciones o las insumos del extranjero, otra vez el “esfuerzo” país para todos, menos para ellos. Su rentabilidad inversora aplicada a un flujo de caja desde hace como 7 años en positivo, y todos calladitos. O sino? apareceran en los diarios “escapes de información” sobre “intimidades y acuerdos”, les deben.
    En la jerga mafiosa es: no se muerde la mano del amo. En la jerga de la calle le agregaría:”… se le lame, para que siga acariciando y dando de comer…”