Domingo, 22 de Julio de 2012. Montevideo - Uruguay
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EDITORIAL

Un toque de atención

Votación

La última encuesta de Cifra merece ser analizada con el suficiente detenimiento de modo de extraer las conclusiones pertinentes.

De acuerdo con lo divulgado por la encuestadora, tanto la gestión del presidente como la intención de voto de los ciudadanos hacia el Frente Amplio se encuentran en niveles relativamente bajos; no obstante, la figura de José Mujica recibe aceptables muestras de simpatía (49 por ciento).

El índice de aprobación a la gestión del segundo gobierno del Frente Amplio apenas supera en un punto porcentual el registro más bajo verificado en junio de 2011, cuando obtuvo 39 por ciento de aprobación mientras se discutía la anulación de la Ley de Caducidad; y cae en forma significativa respecto de abril de 2010, cuando cosechaba la aprobación de 66 por ciento de la población. Naturalmente que nada hay de sorprendente en estas oscilaciones de la opinión pública, siempre permeable a los avatares de la realidad.

Cierto es que nos hallamos a algo más de dos años de la próxima instancia electoral, y muchas cosas pueden cambiar de aquí a octubre de 2014. Pero no podemos dejar de tener en cuenta que la intención de voto al Frente Amplio cayó cuatro puntos porcentuales desde noviembre del año pasado: de 41 a 37 por ciento; esto es que, del total de los encuestados, un poco más de un tercio estaría dispuesto a votar a la izquierda si las elecciones fueran el próximo domingo. Lo reiteramos: falta aún un buen trecho a recorrer hasta los comicios de 2014, pero esa caída en la intención de voto no puede soslayarse.

Ahora bien, contra lo que podría pensarse, esos cuatro puntos porcentuales no fueron a engrosar el caudal electoral de los otros partidos. Ni blancos ni colorados ni independientes ni cívicos ni asambleístas populares parecen beneficiarse de ese porcentaje de potenciales votantes que perdió la izquierda; el segundo lugar sigue ocupándolo el Partido Nacional con 19 por ciento, seguido del Colorado con 14% y el Partido Independiente con su eterno dos por ciento. Aparentemente, ese cuatro por ciento se sumó a esa masa más o menos amorfa de indecisos o disconformes, que pasaron de 24 a 28 por ciento.

Así las cosas, el panorama indica que el ganador de las elecciones generales volvería a ser el Frente Amplio (37%), que supera a los otros tres partidos sumados (35%). Desde luego que resta por ver cuál será el comportamiento de ese nada despreciable porcentaje de indecisos que muy probablemente se dividirá más o menos proporcionalmente entre las diversas opciones electorales, incluida la de votar en blanco. Sea como sea, el triunfo de la izquierda en la instancia de octubre sería por un margen exiguo y con un caudal que no le alcanzaría para llegar a obtener la mayoría parlamentaria.

En el –aparentemente inevitable– balotaje de noviembre de 2014, los pronósticos son aún más inciertos pues todo depende de quiénes serán los candidatos a la Presidencia de la República. Las figuras que asoman en los partidos tradicionales como posibles candidatos no parecen concitar adhesiones fuertes; y en el Frente Amplio, será clave la decisión que tome al respecto el doctor Tabaré Vázquez.

De todos modos, aunque el Frente Amplio resultara triunfador en el balotaje, no contaría con las mayorías necesarias para asegurar el cumplimiento de su programa de gobierno.

 

Un Comentario

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  1. Lucas Moreno

    Creo que vale la pena opinar sobre lo escrito. En el Uruguay el primer gobierno de izquierda y progresista lo logramos en el 2004 con nuestros votos llevando al Dr. Tabaré Vázquez a la Presidencia, en primera vuelta con el Partido “ENCUEN TRO PROGRESISTA-FRENTE AMPLIO-NUEVA MAYORIA” por lo que el de Mujica es el primero del F.A. Y es indudable, todo lo señala, que si no se ganó en primeta vuelta a pesar de todos los índices de recuperación; fue porque apareció una “bola de nieve” que es el voto en blanco que sigue aumentando su tamaño, a causa de que el partido que fue mayoritario dentro de la coalición, hizo muy mal las cosas. Y esto para revertirlo depende de que se cambie su estructura.