Domingo, 8 de Julio de 2012. Montevideo - Uruguay
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polémica

Paraguay y la Triple Alianza

Leopoldo Amondarain
Leopoldo Amondarain

El destino signó, según parece, a la hermana Paraguay, a ser víctima por segunda vez de las ambiciones y arbitrariedades de los monstruos imperiales de Brasil y Argentina y de un tercer gobierno alcahuete, del pequeño Uruguay, a reflotar el crimen infame de la Triple Alianza.

Éticamente, no es más que eso, mal que nos duela. Lo que sucedió en su soberano país, por más que los plazos otorgados para su defensa fuesen exiguos, constitucionalmente fueron ajustados a derecho. Sin discusión. La suma parlamentaria de votos en su contra fue tan contundente, cuatro anémicos en su defensa y treinta y cuatro por sacarlo, demuestra que no era problema de tiempo. No lo apoyaba el pueblo ni su propio partido político. Los legisladores que son sus representantes del pueblo ni las demás fuerzas no hicieron nada por él.

La propia iglesia católica, el concilio de Obispos paraguayos antes de la decisión parlamentaria le pidió que se fuera, pero no lo hizo. Y supongo que no era para menos. Un obispo como príncipe de la iglesia, no solo humilló y avergonzó a su pueblo y feligresía con su conducta social disipada, sembró de hijos naturales el Paraguay negando el principio impuesto por Roma sagrado como es el celibato de los sacerdotes. Y eso también es indiscutible. Si no creía en este principio hubiera renunciado, sin aprovecharse de su investidura sacerdotal para hacer política. Respecto a la población, salvo algunos grupúsculos minoritarios de pocos cientos de ciudadanos hasta hoy nadie se ha opuesto ni rebelado contra su destitución. Tuvo un gesto de acatar la decisión del parlamento. Nadie que es “sacado” de una Presidencia de la República acata con tanta mansedumbre si no fuera por esta realidad. En el fondo parecería aceptar su culpabilidad.

Pero acá, hagamos la salvedad que la peor realidad es la fragante violación de la soberanía paraguaya, patria chica americana, por el Mercosur y sus contertulios. No puede ni el Mercosur ni nadie inmiscuirse en problemas internos de un país libre y soberano, que por añadidura actúa dentro de las normas constitucionales y respetando la ley. Se vuelve a repetir con imágenes similares la realidad de 1865. Entonces el emperador Caí de Brasil, Mitre el yagua y Venancio Añamembui masacraron Paraguay dejando de un millón y medio solo apenas doscientos mil ciudadanos vivos. En esa masacre canallesca y cobarde nosotros tuvimos responsabilidad primigenia. Deuda con Paraguay que aún no solo no hemos saldado sino que hoy ayudamos a que se repitan situaciones similares.

Antes fue Venancio Añamembui, hoy es Mujica y los suyos. ¡Cuidado! La realidad actual puede volver a repetirse mañana y ser nosotros las próximas víctimas. Los monstruos vecinos históricamente les han sobrado ganas de fagocitarse nuestro “paisito”. Es un principio sagrado nacionalista de proteger la soberanía de todas las patrias. ¡Y las chicas con más razón! La infamia del ´65 sigue vigente. Con la mayor falta de respeto, Sr. Presidente: usted jamás fue blanco y menos pasó jamás por la quinta de Larrañaga del Dr. Luis Alberto de Herrera. Y si alguna vez presenció algún acto blanco escondido en alguna “tatucera”, es obvio que no asimiló nada.

Quisieron hacer una revolución libertaria y terminan de rodillas como Argentina y Brasil. ¡No venga con el cuento de la Patria Grande! ¡Es una utopía ridícula a la cual usted suma esta intervención al Paraguay para que en un futuro terminemos todos nosotros el sueño artiguista y oribista de Patria Libre y Soberana! ¡Soy celeste, Sr. Presidente. Dijo Herrera: “mi vaso es chico pero yo bebo en mi vaso”. ¡Viva mi patria chica y soberana! ¡Y también Paraguay, que es dueño de su destino que ningún ajeno puede intervenir!

P.D. Mire que no me olvidé del imperialismo yanqui que se mantiene en un discreto y muy sospechoso silencio; en ese punto podríamos coincidir pero por diferentes razones y actitudes. Mientras ustedes concurren todas las veces que pueden a rendirle pleitesía, nosotros los blancos no concurrimos a ese “besa mano imperial”. Las veces que hemos luchado, y son muchas, por la libertad y la soberanía al igual que los paraguayos, lo hicimos de cara al sol. No reptando dentro de las cloacas y asesinando humildes peones rurales con inyecciones de pentotal.

3 Comentarios

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  1. pobre viejo gaga y desmemorizado.- da hasta asco leerlo. yo hacia tiepo que lo habia hecho. el dejar de envenenarme con su aristocratica altivez. hoy se me ocurrio volver a leerlo, y el vomito me llego de inmediato. servil, alcahuete, vendepatria, eso es ud. y el partido que representa. o acaso el sr. lacalle no es blanco, o acaso no son blancos los que apoyaron la dictadura, vamos sr. ex todo. callese la boca. vaya al geriatrico a ver si le sacan el veneno que tiene dentro por tener un gobierno popular y soberano. aunque dudo que a ud puedan curarle de algo que es irreversible. el poder es del pueblo, no de la aristocracia que ud reprsenta

  2. Lucas Moreno

    elcacho: quiero advertirte que el “vasco” es de armas tomar o
    de paraguas, que en su momento amenazó ponérselo en determinado lugar a quien discrepaba con él. Además quisiera realizar un comemtario y corregir si puede ser posible, algo de lo que manifestaste: Efectivamente eran “blancos” los que apoyaron la dictadura e incluso un hermano tuvo un cargo destacado en la misma pero a partir de 1999 cuando decidieron votar al llorón batlle, perdieron ese color y son todos “ROSADOS”.

  3. fua, que bronca!, el rosado mete el cuchillo diciendo algo que es cierto.
    La posición del mercosur y del uruguay por el tema paraguayo es intromisión en asuntos internos, pues aislarlos para que tuerzan su decision es eso… es como cortar un puente para explicar que las aguas democraticas que ellos toman estan contaminadas, como si las nuestras fueran puras y cristalinas.
    Y si las de ellos nunca fueron cristalinas, cuando se enturbiaron? hace una caida de un presidente? el ultimo? solo con ese y ahi?
    La parte buena es que se recuerda la raiz blanca y tupa del presi y sus acciones de gobierno frente a las revolucionarias y antiimperialistas (sic) de otros tiempos. Y se puede discrepar con la historia del columnista y la autoridad etica que ello genera… pero no con los contenidos, bastante atados a soportar el reto de la revisión histórica, mal que nos pese.
    No eramos nosotros los zurdos que usando el mismo vocabulario denunciabamos agachadas iguales de los rosados?, empatamos??