Editorial
Homofobia y discriminación
Entre la situación de Pluna y el ingreso de Venezuela al Mercosur –los dos temas que acaparan espacios en los informativos –, ha quedado relegado a un segundo plano un hecho de discriminación que tuvo como protagonista a la recientemente electa rectora de la Universidad de Montevideo, doctora Mercedes Rovira.
Entrevistada por el semanario “Búsqueda”, la flamante rectora que habrá de asumir en pocos días no tuvo empacho en exponer su punto de vista respecto de la homosexualidad: para esta doctora en Filosofía, esa opción sexual es una “anomalía” biológica (al mismo título que un trébol de cuatro hojas), y considera que es preciso tener en cuenta esa particularidad a la hora de designar a un docente. En otras palabras, esta académica es partidaria de no contratar profesores homosexuales.
Algunos días antes, una profesora de Maldonado debió disculparse ante una alumna lesbiana a quien había destratado en clase; y luego de las vacaciones de julio, deberá hacerlo frente al grupo.
Estos dos hechos demuestran que la homofobia subsiste aún en la sociedad. Cierto es que desde un tiempo a esta parte, Occidente ha comenzado a sacudirse toda la herencia de dos mil años durante los cuales la Iglesia y la sociedad censuraban implacablemente toda actividad sexual que no tuviera por único fin la reproducción de la especie. Obviamente, las relaciones homosexuales, al no tener ese objeto reproductivo sino simplemente la búsqueda del placer, fueron condenadas con todo el rigor de que son capaces las instituciones en las que radica el poder: la Iglesia, el Estado, la sociedad toda. Aún hoy las autoridades eclesiásticas catalogan las prácticas homosexuales como una enfermedad.
Por eso la homofobia pervive en buena parte de la sociedad, y los homosexuales —varones y mujeres— sienten la discriminación sutil o desembozada de parte de ciertos sectores de la sociedad, generalmente añosos y conservadores.
Es contra esos resabios medievales que los colectivos que agrupan a homosexuales, lesbianas, travestis y transexuales, llevan adelante sus movilizaciones siempre transgresoras. Su lucha es legítima en la medida que subsista esa mentalidad retrógrada, cavernaria, que desconfía del diferente y que, como no concibe una opción sexual diversa de la suya, está siempre dispuesta, a priori, a denostarla.
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El ldiota
14 julio, 2012
4:25
NO ENTENDÍ NADA…. LA RECTORA DE LA UNIVERSIDAD ES GAY ?
Gaudencio Muniz
14 julio, 2012
10:30
Creo que el editorialista me menciona cuando dice “que subsista esa mentalidad retrógrada, cavernaria, que desconfía del diferente y que, como no concibe una opción sexual diversa de la suya, está siempre dispuesta, a priori, a denostarla”. Ahora en cuanto a desconfiar yo no diría que es así. Explico: tengo 70 años y en mi juventud hacía matinée jueves, sábado y domingo, donde pasaban las noticias en flashes y en aquella época los soldados de grado rusos se daban besos en la boca, lo que a mi me provocaban ansias de vomitar, lo que ahora ha amortiguado al verlo tan a menudo. Cuando desaparezcamos tendrán vía libre.
Lucas Moreno
14 julio, 2012
15:31
¡Vaya que son diferentes! Todavía no he escuchado o visto que ningún heterosexual haga alharaca de serlo, como ellas/os lo hacen. Y los invito a ir a GOOGLE y leer la nota del execrable obispo Bernardo Alvarez Alonso, de la Diócesis de Tenerife en España,que justifica el abuso a adolescentes.
“Si te descuidas te provocan”,por lo que se mostró comprensivo con el abuso sexual, No sólo en adolescentes se debe evitar que tengan superioridad jerárjica.
amod
14 julio, 2012
17:37
Lo que es discriminatorio y denostante es el ultimo parágrafo que parece haber sido escrito por un puto.
¿Quién dijo que el ejercicio de la heterosexualidad no es placentera y sólo sirve para procrear ? Los putos, ¿qué otros?
¿ Quién dijo que la homosexualidaed es placentera ? Los putos, claramente, porque a los heterosexuales no les causa ningún placer, asi como la heterosexualidad no les causa placer a los homosexuales que ,desde este punto de vista, son tan discriminatorios como sus acusados.
¿Por qué en un ambiente de homosexuales no toleran a los hetrosexual , los discriminan ?
Porque no pueden practicar homosexualismo con ellos, asi como los heterosexuales no pueden practicar su heterosexualidad con los homosexuales.
Entonces , es legítimo que los heterosexuales exijan heterosexualidad a la gente que los rodea, sino no pueden practicar el sexo. Las pretensiones de los homosexuales de ser incluídos en los ambientes hetero es violatoria de la legítima pretensión heterosexual
amod
14 julio, 2012
17:47
¿ Qué pretensión ? La de practicar el sexo hetero por placer o reproducción. Es natural y beneficioso para los hetero excluir a los homo porque significan una oportunidad menos de ejercer su sexualidad.
Es asi que los homosexulaes intentan permanentemente convertir a los hetero a homo, mientras que éstos sólo los rechazan.
Sin duda que la versión hetero está constantemente en peligro por los ataques de todo tipo de los homo.
Y ésta editorial debe entenderse como parte de la argumentación homosexual de eliminar , si les es posible, la facción hetero.De este modo aumenta sus posibilidades de practicar sexo.
De ahí la repugnante manifestación del “tocó besar” ,o como la denominaran, no importa .Fué una expresión de “yo practico sexo y te quito la posibilidad de hacerlo “.
Está claro que hay que matarlos a palos a los putos, echarlos de cuanto lugar haya, desaparecerlos, y que vayan a construirse su propio mundo sin joder en el mundo de los naturales heterosexuales. ( jajajaajaja)
amod
14 julio, 2012
17:59
¿Fué demasiado discriminador el comentario anterior ?
¿Se le puede considrar una incitación a la violencia ?
Pero, ¿cómo ? ¿los homosexulae sí pueden insultar , despreciar e incitar a la violencia moral contra los hetero por su legítimo desprecio por ellos , amenazar públicamente con acciones punitivas , escraches, a un hetero porque solamente dijo que no le gustaba trabajar en un ambiente con homosexuales ?
Oiga, qué despareja es ésta balanza.Los putos y sus bufarrones, ambos homosexuales, tienen el derecho de atropellar a una mujer legítimamente hetero porque no les gusta su modo de vida, pero cualquier hetero no puede contraatacar a esta manga de degenerados.
Media chueca la balanza.
La manifestación del beso en plaza pública fué una acto de violencia moral punible contra los heterosexuales. Un ataque de los muchos diarios que éstos sufren por parte de los homosexuales
amod
14 julio, 2012
18:06
Bastante tolerancia se tiene en el mundo de los heterosexuales con estos putos degenerados como para , encima, ver editoriales en los medios escritas por putos atacando a los heterosexuales.
koto
15 julio, 2012
13:33
La discriminación es parte de la incomprension y mala información. Pero, para nada aportan las actitudes “transgresoras” si implican el decir cualquier cosa en cualquier lugar y con cualquier actitud, actuar sin importarle nada del que no está de acuerdo, o se siente agredido.
El discriminador encuentra su justificativo en la transgresión fuera de lugar. Es como la revolución que se produce en justificativo de la represión o vicecersa.
Si es problema de cantidad o de fuerza cualquier verdad está en duda. Porque en el mundo del capital, la verdad que manda se llama dinero y ese,segun su ley, todo lo compra y por eso todo vale si lo paga.
El oro abre las puertas,reza en el sancta santorum de los rabinos (heterosexuales homofóbicos, como la iglesia o el islam). Y según ellos todos los gayim (los otros, los no judios) son,no solamente impuros sino basura descartable.
Es la misma discriminación de muchas sociedades con otros signos y razones.
Si el transgresor agrede es parte del problema