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Educación

El Presidente solo. ¿Y la revolución?

Jorge Larrañaga PUBLICADO el Lunes 23 de julio, 2012
Jorge W. Larrañaga

Los temas de coyuntura muchas veces apartan las miradas de los temas importantes y trascendentes.

Vuelvo a la educación, sí.

Porque a diferencia del gobierno, no me resigno. Me rebelo ante un estado de situación de parálisis y anquilosis institucional.

El gobierno de la educación está sobrepasado por la realidad. El gobierno actual de la educación representa el conservadurismo y la consolidación de un statu quo inequitativo sin límites.

Hay un gran consenso en que debemos cambiar. Especialistas, intelectuales, docentes, padres, políticos, todos reclaman el cambio.

Hace falta una transformación potente de la matriz educativa. En lugar de ello, lo que tenemos es más de los mismo. Mandan los intereses corporativos.

La gestión es mala. Sin autocrítica. Obras pendientes, deserción, brecha de desigualdad entre lo público y lo privado, falta de liderazgo, malos resultados, en fin, una larga cadena de problemas.

Y el gobierno, irresoluto. Impávido frente a la evidencia del desastre. Ejerce la excusa y la promesa para mañana, de lo que debió hacer ayer.

Lo que medio millón de estudiantes necesita es la madre de todas las revoluciones, la que despierta posibilidades, la que destroza los fatalismos. Eso es revolución en el siglo XXI. Requerimos “nuestra ilustración”, nuestro propio “siglo de las luces”. Pero es difícil que ello ocurra cuando lo que priman son visiones parcializadas.

Fuimos promotores del Acuerdo Educativo. Lo firmaron el Presidente y todos los partidos. El gobierno lo destrozó. Lo mutiló. Lo vació de tal manera que desperdició una oportunidad para blindar políticamente los cambios sistémicos que se necesitan. Frente al cambio radical, eligió al continuismo. Flota en una nube de incertidumbres y se contenta con diagnósticos y análisis, emparchando un sistema que no resiste más.

El gobierno no solo no ha sido revolucionario, se ha rendido, se entregó sin lucha, sin resistencia, a las corporaciones.

El desafío de los uruguayos es el que nos impuso nuestro prócer, ser tan ilustrados como valientes. Ese mandato que nace de la historia necesita hacer carne en la sociedad, no ya en el gobierno que parece sordo al reclamo y estéril en la obra. Será la sociedad misma, apoyada por quienes desde la política comprendan la gravedad de la situación, la que podrá remover las piedras del camino. Nuestros muchachos necesitan valores. Valores y ejemplos. Trabajo, estudio, solidaridad, esfuerzo. Valores que orienten el espíritu y sirvan de molde para la personalidad. Será de esa manera que inoculemos la violencia, la intolerancia y la irrespetuosidad que campea en los tiempos actuales. Los valores se construyen, se fomentan, se alimentan. Y ellos germinan mejor en mentes predispuestas para   aceptarlos, para comprenderlos. La educación, y la educación pública en particular, debe formar individuos para ejercer la libertad, pero antes, crear las condiciones para educar.

La educación pública, otrora orgullo nacional, se salva y nos salva a todos, o se sentencia y nos condena.

El gobierno debe ser consciente que así no se puede seguir. Que los resultados son tan negativos que no hay lugar para los caprichos ideologizados, para los sectarismos y las visiones segmentadas. Para defensas absurdas y obcecadas.

Sin cambio en la educación, sin un radical estruendo que retumbe en cada salón de cada escuela de la República, no podremos aspirar a ser mejores. Podemos hacerlo. Hay presupuesto, hay docentes, hay posibilidad de cambio. Hay que mostrar capacidad y voluntad. Por ahora, el gobierno está en el debe en ambos.

¡El gobierno se rindió antes de comenzar la batalla !

No queremos que lo haga, ¡porque posterga al país!

2 Comentarios

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  1. educan los padres, los gobernantes, los que tienen acceso a los medios masivos y publicos.

    Los profesores y maestros enseñan estimado Larrañaga.

    Los valores por tanto es un asunto de calidad, si las cupulas no hacen las cosas bien, los de abajo imitaran los ejemplos.

    Si no se sanciona lo malo y se premia lo bueno, sino que se hace exactamente lo contrario, no alcanza con sentar mil horas en un salon de clases a nadie. La verdad la estan viendo.

    Mientras un amigo en el parlamento cobre 3 veces mas que un trabajador que hace lo mismo en cualquier lugar del estado o 5 mas que en privado (ud. sabrá a quien me refiero, a ese que perdió un concurso y terminó ocupando un cargo en otro gobierno, claro. Entre uds. los rosados hay muchos de estos casos, no lo inventaron los frentistas). Mientras los paracaidismos sea la moneda corriente, enseñar en valores es, IMPOSIBLE. O no se enteró que el oido capta el 30% de cualquier información, mientras que la imagen se queda con mas del 90%?

  2. Este individuo noes mas choto porque no tiene tiempo. Y por eso lo eligieron como “interlocutor”
    Si hay un tipo que no está solo es el DQUP: tiene toda la nomenclatura , todo su partdo y una enorme cantidad de ciudadanos irresponsables que lo votaron detrás de él.
    Bueno, de pronto no tantos, pero si suficientes.
    El asunto es que no tiene vergueza este sujeto, Larrañaga.

    No tenés vergüenza , Larrañaga.
    Sería mejor que te callaras la boca por un buen rato