Las fuerzas de la izquierda francesa en su conjunto obtuvieron un gran triunfo en el primer turno de las elecciones legislativas del 10 de junio, que prolonga el obtenido con la elección de François Hollande a la presidencia el 13 de mayo, que puede ampliarse en el segundo turno del domingo próximo y que lo dotará sin duda de una mayoría parlamentaria para cambiar la política practicada por el derrotado gobierno de derecha de Nicolas Sarkozy en Francia y en Europa.
La votación de la izquierda se sitúa en el entorno del 47%, sumando el 34,4% de los socialistas y sus aliados próximos, el 7% del Front de Gauche y el 5,7% de Europe Écologie- Les Verts, frente al 33,9% de la UMP de Sarkozy. Para los socialistas son cerca de 9 puntos más que en el primer turno de las legislativas de 2007, y para la UMP 5 puntos menos. Esta última logró en aquella ocasión 320 diputados, y ahora sufrirá una severa derrota.
Para la Asamblea Nacional de 577 miembros, las proyecciones dan al PS más de 270 diputados, al Front de Gauche entre 20 y 22 (con lo cual podrá conformar un grupo parlamentario), una cifra similar para el Partido Radical de Izquierda y de 8 a 14 diputados para los Verdes. Con la sumatoria de votos de todos estos sectores se conformará con amplitud la mayoría absoluta de la Asamblea Nacional, que es de 289 diputados.
El Front National de extrema derecha de Marine Le Pen obtuvo 13,7% de los votos. Menos que en las presidenciales (en que orilló el 18%), pero más del triple de lo que tuvo su padre en 2007 (4,29%). El Front National aspira a regresar a la Asamblea Nacional, de la cual está ausente desde 1988. En algunos lugares “vampirizó” (como se ha dicho), el voto de la derecha, que se debilitó considerablemente. En su feudo de Hénin-Beaumont, en la 11ª circunscripción de Pas-de-Calais, Marine Le Pen se ubicó a la cabeza con 42,5% de los votos, desplazó a Jean-Luc Mélenchon y disputará el segundo turno con el socialista Philippe Kemel. El PS llama a toda la izquierda a votar por su candidato. El Front de Gauche, y el PCF en su seno, llaman con carácter general a aplicar el pacto republicano en el segundo turno a favor del candidato de izquierda, y del mejor situado cuando corresponda, para cerrar el paso a la extrema derecha.
El MoDem (Mouvement Démocratique) de François Beyrou desapareció de la escena (1,7%). Los ministros socialistas integrantes del gabinete lograron resultados muy favorables en sus circunscripciones. El jefe de gabinete Jean-Marc Ayrault ganó en el primer turno con 67,70% en la Loire-Atlantique y llamó a los franceses a otorgar una amplia mayoría a la izquierda en el segundo turno. El ministro de Relaciones Exteriores Laurent Fabius venció en el primer turno con 54% y casi todos los miembros del gobierno están en posición favorable para el balotaje.
La votación en los Dominios y Territorios de Ultramar (los llamados DOM-TOM) favoreció sin excepción a la izquierda, en algunos casos en proporciones apabullantes, como en la isla la Reunión (con casi el 80% de los votos, lo que ya es tradicional). También hubo predominio de la izquierda entre los votantes franceses que viven en el exterior, que eligen 11 diputados, según nos explicó hace unas semanas su representante por estas latitudes, Raquel Garrido. A la izquierda correspondieron en esta ocasión 7 diputados, y 4 a la derecha.
A la espera de los resultados definitivos, la síntesis a esta altura es que se confirmó la tendencia favorable al conjunto de las fuerzas de izquierda concretada en la elección presidencial, y que se han abierto posibilidades ciertas de avance y consolidación en el plano parlamentario. Veremos hasta qué punto se confirman el domingo 17.
