Esta modalidad de trabajo -con poca luz y en cuclillas-, se debe a que de esta manera los integrantes de SCI (Crime Scene Investigation o Investigación de la Escena del Crimen), pueden ver con más facilidad algunos elementos con una luz indirecta y oblicua debido a que las lámparas del techo no arrojan suficiente sombra como para poder detectar algunas pruebas.
Es por ese motivo que habitualmente verás que los investigadores pasan la luz de una linterna de manera oblicua o paralela muy cerca del área que están analizando, arrojando de esta forma sombras que advierten posibles superficies modificadas que no se verían si se procediera de otro modo.
Este tipo de iluminación que refleja la luz en forma oblicua, mejora sustancialmente la visibilidad de huellas dactilares, pisadas y semen, entre otros.
Además de utilizar la luz oblicua, los especialistas que estudian las escenas del crimen también recurren a otras técnicas de iluminación como ser las luces fluorescentes, ultravioletas o azules, indicadas especialmente cuando se trata de encontrar fluidos corporales tales como sangre o semen.
Cuál será la técnica de iluminación más adecuada, dependerá del estado en que se encuentre el fluido y del tipo de superficie donde esté alojado.
La luz elegida dependerá siempre de las condiciones favorables -o no-, en que los investigadores encuentren la escena donde se efectuó el crimen y es posible ampliar los resultados de sus estudios si utilizan lentes con filtros anaranjados que permiten aumentar la intensidad del contraste y la fluorescencia.
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