¿Qué balance hace el MPP sobre el resultado electoral, luego de haber perdido gran parte del peso que tenía en el Frente Amplio?
La elección a nivel de números totales del Frente Amplio, nosotros como MPP la evaluamos como un éxito, en el sentido de cómo veníamos. Estas elecciones fueron en un contexto muy distinto a las de 2006, donde había una efervescencia. Esta fue una elección que partió de una campaña fría, hubo un cambio en la votación, pero también tenemos un dato de la realidad que evaluamos como positivo y es que tenemos 69 mil adhesiones nuevas dentro del Frente Amplio, que hay que capitalizarlas de alguna manera. Los datos nos muestran que gran parte fueron jóvenes, y eso es importante. Por otro lado, los que propusieron el voto en blanco total no tuvieron el éxito esperado, porque fue un número insignificante. Respecto al MPP, por primera vez fue sin su mascaron de proa, por primera vez el MPP con el Espacio 609, fue sin su figura central que es el actual presidente de la República, José Mujica. Eso está en la evaluación nuestra, pero evidentemente hay una figura que va teniendo características importantes dentro de nuestra organización que es la de Lucía (Topolansky).
También, por primera vez el MPP fue solo con algunos aliados del Espacio 609 que fueron incorporados en la lista. Otros marcaron sus propios votos y no fueron con el MPP. Se suma además, el tener que haber presentado un candidato propio, cuando esa no fue nuestra propuesta. No tuvimos los tiempos políticos suficientes para buscar una figura independiente, que sin lugar a dudas hubiese sido lo mejor para la fuerza política y tuvimos que construir una figura que surgió de nuestras propias filas. Ese conjunto de cosas lleva al MPP a tener una menor representación. Sigue siendo la primera fuerza, característica que sigue manteniendo a pesar de los pesares.
En un primer momento se señaló que el senador Enrique Rubio podía ser un candidato que tuviera el consenso del MPP, pero no hubo acuerdo en su interna. ¿No hace autocrítica su sector por no haber apoyado a algunos de los postulantes que estaban proclamados, en lugar de construir una candidatura?
Sin lugar a dudas eso hubiera facilitado las cosas. Pero no todos teníamos la misma mirada. La propuesta de ir detrás de un candidato que no fuera de nuestro sector no tuvo consenso en nuestra dirección política. Esas cosas –entre ellas la buena participación que logró el Frente en una campaña de dos meses- van a formar parte del balance que hará la dirección del MPP, donde vamos a definir la estrategia que desarrollaremos en el Frente Amplio.
¿La disminución en la votación del MPP no debilita al presidente Mujica?
No, todo lo contrario. El MPP hoy queda como una fuerza política que tiene lo que tiene y la línea política del Presidente de la República no queda debilitada por su sector. El Presidente de la República necesita una fuerza política que acompañe las políticas de gobierno. No solamente el MPP. En un congreso del MPP años atrás, el Pepe (por Mujica) decía: “Cada vez voy a ser menos MPP y más frenteamplista”. Si nosotros aprendemos a pensar más como frenteamplistas, el espíritu de cuerpo, el Frente lo logra. Ahora no es solo por la vía del consenso, sino cómo nos vamos colocando en las familias ideológicas que tiene el Frente Amplio. A eso hay que darle mayor profundidad. Hoy hay un Presidente de la República que ha sido un articulador, quizás ha cumplido algunas funciones que tendría que haber cumplido la fuerza política. Ese sí es un problema.
Ha tenido que articular con la oposición, buscar señales y llegar a acuerdos en temas como el de la patente única, el ICIR, que generó contradicciones dentro del propio Parlamento. Eso son cosas que tendrían que haber surgido de la fuerza política. El Frente Amplio no ha salido a reivindicar temas que estaban en la plataforma de lucha hace 40 años, como fue el boleto gratuito para los estudiantes. Hubo solo una expresión de la Intendencia, pero ¿qué hizo la fuerza política? Eso no lo puede hacer el gobierno, tiene que hacerlo la fuerza política.
Con la nueva presidencia del FA y la conducción que asumirá el 30, ¿cree que esa actitud de la coalición va a cambiar?
Pienso que sí. Tenemos que ir a la alta política, a hablar las cosas por su nombre y a cambiar una estructura que acompañe los cambios, que mejore la comunicación. No puede ser que no tengamos un medio. Ese es el debate que tenemos que hacer con la nueva Mesa Política.
