En un clima de caos e incertidumbre el pueblo egipcio realizó filas hoy para votar al sucesor de Hosni Mubarak, en unas elecciones que se extenderán hasta mañana.
Los dos candidatos son el exprimer ministro Ahmed Shafiq y el islamista Mohamed Mursi, quienes se debaten los votos en un país sin constitución y sin parlamento.
Desde el pasado jueves los militares tienen el control, luego de que se disolviera el parlamento que desde el mes de enero tenía mayoría de los Hermanos Musulmanes, facción a la que pertenece Mohamed Mursi, hecho que algunos activistas tildaron como un golpe de estado.
Los Hermanos Musulmanes, quienes se configuran como los favoritos en los comicios, indicaron que ocurriría una “gran revolución” en el caso de que se constate fraude en estas elecciones, al tiempo que la Corte Electoral realiza un control que incluye detenciones a aquellas personas que vendan o faciliten bolígrafos de tinta invisible en las mesas de votación.
El diario egipcio “Al Ahram” recoge declaraciones del secretario general de la comisión electoral, Hatem Bagato, en las que indica que se realizaron denuncias sobre la entrega de estos bolígrafos que hacen que una vez escrito el voto, el mismo se borre quedando la hoja en blanco. Es para evitar este fraude que Bagato indicó que se había hecho la entrega de “bolígrafos seguros” en las mesas de votación.