Este artículo llevó casi un año en ser escrito. Llamativamente, quienes se muestran en Internet teniendo relaciones sexuales o masturbándose a cambio de dinero, desnudando su intimidad, mostrando sus rostros a un montón de desconocidos, se niegan a hacerse públicos en un medio de comunicación. En el mundo, millones de personas miran y pagan por ver a otros teniendo sexo. Los sitios ofrecen ganar dinero, hacerse famosos y a los vouyeristas, tener espectáculos sexuales en vivo.
¿Degradación? ¿Perversión? ¿Morbo? La sociedad individualista, las parafilias, la experimentación tienen lugar en Internet con sitios que son de exhibición sexual. En tiempos donde mostrar el cuerpo es sinónimo de fama instantánea, los desnudos televisivos son motivo de reconocimiento social, mostrarse teniendo sexo para algunos es una forma de ganar dinero, pero también de satisfacción personal, que a su vez satisface a otros desconocidos en quién sabe qué parte del mundo. Sitios abiertos a todo público que con contenido de sexo explícito son promocionados en Internet. Los cuerpos no son (en la mayoría de los casos), los prototípicos de la belleza difundida por los medios de comunicación ya que en muchos casos son personas comunes y corrientes que cumplen con la fantasía de ser vistos por otros. Como una gran galería de cuerpos desnudos, actuando el sexo a cambio de dinero, millones de personas consumen a diario este tipo de experiencias que apuntan a “satisfacer necesidades vouyeristas”, explicó el sexólogo Gastón Boero. El intercambio de mails, las dudas, los temores de los entrevistados llevó casi un año de negociación. Por fin aceptaron hablar con LA REPÚBLICA, de los cinco contactados, todos uruguayos que diariamente prenden su cámara para mostrarse, tan solo tres. La pareja conformada por Maxi y Natalia comienza su espectáculo nocturno en el sitio cam4.com, donde participan personas de todo el planeta. Allí comparten el espacio virtual con más de mil cámaras simultáneas de individuos, parejas (o más de dos), que hacen lo mismo que ellos. “Nosotros somos una pareja que ofrece sexo real… sí, ejerzo la prostitución, los hombres, o mujeres o parejas vienen a mi casa y pagan por sexo conmigo o con mi pareja, o con ambos”. Los clientes no los consiguen por la página sino por otros medios. Además “tenemos esta actividad que es la de mostrarnos por Internet teniendo relaciones” dice Maxi, que es el que más duda de dar la entrevista.
Relaciones distantes
“Nos mandan un cheque, con una parte importante de lo recaudado” indicó Maxi. Las cotizaciones son en euros, y “le vamos pidiendo a los que observan que depositen su dinero para poder seguir adelante”. El sexólogo Gastón Boero dijo a LA REPÚBLICA “no creer en nada de lo que pasa en Internet”. Explicó que “el vouyerismo es una parafilia, una necesidad de ver, es una alteración”. Maxi confesó que “podemos estar hasta cuatro horas on line, y sí, lo que decimos sentir ya no lo sentimos”. A ellos los une “una relación de pareja, pero también de trabajo” aunque “el sexo, a pesar de tenerlo todos los días para los demás, ya no nos satisface”. Otro de los sitios famosos es Livejasmin.com. Allí está todos los días Daniel, un hombre de 42 años que prende su cámara en su casa de Malvín al caer el sol, cuando sale de su otro trabajo. “Es un trabajo normal, soy oficinista” explicó sin dar detalles. Dijo ser homosexual, “pero me presento como heterosexual ya que descubrí que eso despierta la atención de hombres y mujeres, pero más aún de hombres gays”.