El destino final de los restos no será comunicado hasta tanto no se haya efectuado el sepelio. “Sería inevitable que haya público”, cuando el deseo de la familia es que sea íntimo, según explicó a LA REPÚBLICA Roberto Castro, nieto del maestro secuestrado y ejecutado por la dictadura en 1977.
Los detalles del ritual fúnebre fueron resueltos en la noche del martes por los familiares, los que a través de un comunicado solicitan “no enviar flores”. En su lugar, apuntan, se recibirán donaciones para la Escuela Nº 269, que lleva como nombre Julio Castro. Las donaciones se pueden efectuar en la Caja de Ahorro 80040498 de Bandes.
Cerrando el círculo
Para los familiares de Castro, lo que ocurrirá mañana les permitirá “cerrar un círculo”, lo que no pudieron hacer en casi 35 años, desde su desaparición el 1° de agosto de 1977.
“Las situación ha sido durante este tiempo como un elefante en la habitación. Es algo gigante que siempre estaba ahí, pero en un momento ya no hablás más de eso”, reflexionó Juliana Rosales, una de sus nietas. Al saber, en diciembre de 2011, que los restos encontrados un mes y medio antes eran de Julio Castro, así como la confirmación de cómo había fallecido, dejaron “abrir los ojos y ver todo. Ver cosas duras, feas, como ser en qué situación murió”. Era esa “la realidad”, por lo cual desde diciembre “han sido días como de mucho dolor”, explicó Rosales.
Pero ha sido “importante para hacer el duelo” y entender que “se cierra algo”. No es que “se cierre todo, pero sí hay un cambio, un avance”, y “se disipa esa niebla de la ignorancia, de no saber. Hay algo en lo que sentís que te podés despedir. Por algo los humanos necesitamos estos ritos, en este caso para despedirnos”, dijo Juliana Rosales con respecto al velatorio y al posterior sepelio. Aclaró que “para nada” implicará “dejar de seguir la búsqueda de los culpables”.
También de “un círculo que se cierra” habló Roberto Castro, argumentando que la ceremonia privada es “tratando de cerrar ese círculo de la manera más íntima que se pueda”. Pero es inevitable que haya intención de despedir al hombre público que fue el maestro y periodista, conocido fuera y dentro del país. “Por eso es que intentamos encontrar el camino para hacer algo público, pero también algo privado, porque más allá de la persona pública también está el familiar, en el caso de los nietos el Julio Castro abuelo, y en el de mi tía el Julio Castro padre. Por eso la parte del sepelio la reservamos para nosotros”, argumentó Roberto Castro.
por este medio aclaro que, como se notará en el cuerpo de la nota, NADA tengo que ver con el título que indica la información errónea.
Comentario by Emilio Martínez Muracciole — 10 mayo, 2012 @ 7:48