En España se acaba de reeditar Necesidad de libertad, la obra en la cual Arenas describió la represión que padecieron colegas suyos como José Lezama Lima, y donde también criticó duramente a los autores que ponían su celebridad al servicio de la dictadura de los Castro.
“Por primera vez soy un hombre libre, por lo tanto, por primera vez, existo”, escribió. “Mi vida hasta ahora ha transcurrido entre dos dictaduras; primero la de Batista; luego la dictadura comunista. Precisamente por estar por primera vez en un país libre puedo hablar…”, narra el libro.
Biografía
Arenas nació en Holguín en 1943. Se exilió en los Estados Unidos tras dejar su Cuba natal donde el régimen lo consideraba un “peligro social”, etiqueta que le había costado dos años de prisión. Su salida se produjo durante el éxodo de El Mariel, en 1980, cuando miles de cubanos se refugiaron en embajadas occidentales y fueron finalmente autorizados a dejar la isla. En 1990 se quitó la vida en Nueva York. Su vida fue trasladada al cine con el filme Antes que anochezca, protagonizada por Javier Bardem.
El libro Necesidad de libertad combina varios géneros y genera como resultado final una requisitoria no sólo contra los “esbirros del gobierno” y contra Fidel Castro, sino también contra la complicidad y la indiferencia de algunos intelectuales como ser Gabriel García Márquez.
Arenas denunció en el libro que al escritor Lezama Lima se lo dejó morir en un hospital sin la merecida antención; que el poeta Jorge Valls y también Armando Valladares murieron en prisión y otros se suicidaron como Marta Vignier. “Los demás, decía, pasamos al campo del cinismo, del silencio o de la cobardía”, y se ponía a sí mismo como ejemplo, al confesar que en las celdas de la Seguridad Nacional había firmado “cuánto papel se me puso ante los ojos”.
“Defienden el régimen pero viven libres”
El principal cargo que les hace Arenas a sus colegas procastristas es que viven “libres y fuera de la isla”. Es decir, defienden un régimen que no conocen realmente. Es por ello que el escritor, jugando con las palabras, se pregunta si el García Márquez “esbirro o es burro”.
En el capítulo entero que le dedica, lo incrimina por su “apología del totalitarismo comunista que convierte a los intelectuales en gendarmes y a los gendarmes en criminales”. Y le señala algunas contradicciones: “Me pregunto si no es extremadamente cínico que García Márquez, quien hace incesantes apologías a la revolución cubana y a su desarrollo cultural y humano, viva, sin embargo, en París y México, tenga un hijo estudiando en la Universidad de Harvard, y otro aprende a tocar el violín en Francia. ¿No invalida esta actitud real la retórica poscastrista del acaudalado señor que la emite?…”
Bajo sus críticas caen también el argentino Julio Cortázar y el nicaragüense Ernesto Cardenal, último ganador del premio Reina Sofía de poesía. Al primero lo describe como “ejemplo del cinismo mayor, (…) convertido al castrismo desde los lujosos hoteles cubanos que el capitalismo había construido y con residencia y estatus en París”. Al segundo lo trata de “tan mediocre e hipócrita como su supuesta doctrina religiosa, que ni siquiera practica”. A ambos, agrega, “el cinismo se les convertía en cuantiosas recompensas (…) De esa manera llegó Cortázar, a best-seller, Cardenal, a ministro…”
El libro está dedicado a los cubanos que se asilaron en la embajada de Perú en La Habana en 1980, “que a riesgo de sus vidas (hicieron) posible el éxodo de Mariel… la existencia de este libro” y la del propio autor.
El libro de Arenas fue publicado inicialmente en Miami. Ahora la editorial Point de Lunettes lanza la obra en España. En Latinoamérica sólo podrá conseguirse en Internet.