La explosión tuvo lugar en la plaza al-Sabeen, cerca del palacio presidencial, mientras las fuerzas de seguridad en Saná cerraron la zona, reportó la cadena árabe de noticias Al Arabiya, según consigna el portal Milenio.com.
El desfile estaba programado para mañana martes, con motivo del 22 aniversario de la unificación de Yemen del Norte y del Sur, en un acto que iba a encabezar el presidente Abdo Rabu Mansur Hadi. El atacante, vestido con el uniforme del Ejército, se infiltró en el grupo de militares y perpetró el atentado, aunque se desconoce si empleó un cinturón con explosivos u otro artefacto.
El ministro de Defensa, Mohamed Naser Ahmad, y el jefe del Estado Mayor, Ali al Ashual, que se encontraban en la plaza en el momento de la explosión resultaron ilesos, anunció el Ministerio de Defensa. El atentado se produce después que el Ejército lanzó el pasado día 12 una gran ofensiva contra la rama de Al Qaeda en Yemen, con el objetivo de recuperar las localidades del sur controladas por la red terrorista.
Este es un claro ejemplo de cómo el terrorismo de organizaciones guerrilleras puede llegar a ser tan o más sangriento que el terrorismo de Estado.
Hay una postura ideologica en las últimas decadas, abanderada por la izquierda y por las organizaciones de derechos humanos, aduciendo que no se puede equiparar el terrorismo de Estado con el terrorismo de organizaciones no estatales.
Que el primero es mucho más condenable que el segundo.
Gran error motivado por prejuicios ideologicos.
Este atentados en Yemen, como los de la AMIA en Buenos Aires, el de las Torres Gemelas en EEUU, el de Atocha en Madrid, el de Londres y una larga lista que sería interminable, prueban la falsedad de ese planteamiento.
El terrorismo de organizaciones como Al Quaeda, Hizbolla, Hamas, FARC y muchas otras debe ser condenado con la misma energía que los terrorismos de estado.
De lo contrario, la izquierda y las organizaciones de derechos humanos podrían ser acusadas de doble moral.
Comentario by Alejandro — 22 mayo, 2012 @ 15:36