arte

León Ferrari, el ángel exterminador

POR Nelson Di Maggio -  PUBLICADO el Sábado 19 de mayo, 2012

Relecturas De La Biblia
El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, popularmente conocido (hasta por los taxistas) por Malba, arrancó su temporada con tres espectaculares exposiciones temporarias que se mantendrán durante varios meses.

“Bye American Pie”, consiste en una demoledora visión del sueño americano por artistas de fama internacional: Jean-Michel Basquiat (1960-88), Larry Clark (1943), Nan Goldin (1963), Jenny Holzer (1950), Bárbara Kruger (1945), Paul McCarthy (1945) y Cady Noland (1956), con guión curatorial de Philip Larratt-Smith. Curiosa e insólitamente, una cortina negra y un texto de advertencia decoran los accesos a la muestra, en el último piso. A la manera de las salas de video y/o pornográficas. Que un prestigioso museo de arte contemporáneo en el siglo XXI, en un mundo y una ciudad donde abundan las escenas violentas de todo calibre, incorporadas hasta la náusea en la rutina de los espacios televisivos, reaccione de esa manera, parece inexplicable. O bien el museo renuncia a presentar la exposición o sigue el orden de presentación ya establecido. La curiosidad, lo restringido para ciertas sensibilidades tiene un doble atractivo, ya se sabe. Y el público del Malba no necesita ninguna advertencia disminuidora de su capacidad de recepción. Ni tampoco las obras merecen ni admiten ese tratamiento. Son fuertes, muchas de ellas, es cierto, pero en ningún caso podrían afectar la sensibilidad. “Los desastres de la guerra” de Goya, los grabados eróticos de Picasso, “El nacimiento del mundo” de Courbet se exhiben sin ningún artificio en todos los museos y son obras más perturbadoras. Y en el Malba mismo, cerquita, casi pegada a “Bye Bye American Pie”, “Brailles y Relecturas de la Biblia”, de León Ferrari, en paredes pintadas de rojo, cuelgan trabajos que pueden considerarse más provocadores y el tratamiento mojigato está ausente. Queda para una próxima nota el contenido de esa exposición al igual que las excelencias del montaje sobre “Arte latinoamericano”.

Sexo y violencia, choque de culturas

En cambio, se puede entrar sin empujar cortinas negras, a la muestra de León Ferrari, 70 obras de dos series realizadas durante las tres últimas décadas. Fueron parcialmente conocidas en la retrospectiva del Centro Cultural Recoleta (2004) que adquirió una dimensión polémica gigantesca con el nombre “La civilización occidental y cristiana”. Ocho años después, se presentan la totalidad de “Brailles” y “Relecturas de la Biblia”. El impacto es aún mayor que antes. No obstante, hasta ahora, la iglesia preconciliar argentina y las asociaciones protectoras de la moral cristiana y occidental, no se manifestaron.

Ferrari, nacido en 1920, mantiene una vitalidad maravillosa a los 92 años, siempre cordial y sonriente. Su actitud combativa de prejuicios y lugares comunes, la mantiene intacta. “La Biblia es una antología de crueldades”, sentenció con firmeza. La exposición en el Malba lo confirma. Arrebató el León de Oro en la Bienal de Venecia, 2007, el máximo galardón a que puede aspirar un artista. Antes y después ya había alterado el ritmo cardíaco de jurados y público en otros acontecimientos similares de todo el mundo. La formidable coherencia conceptual y ética de Ferrari no tiene paralelo. En “Brailles”, el lenguaje para no videntes, Ferrari elabora collages a partir de reproducciones de imágenes religiosas procedentes de la historia del arte, preferentemente renacentistas, sobre la que escribe textos en Braille. El texto impreso en Braille sobre la reproducción de un cuerpo desnudo o la representación del acto sexual y del sexo mismo, el artista solicita al visitante a tocar la obra, palparla, recorrerla en su lectura, una acción habitualmente prohibida en cualquier museo. Primera transgresión, en el caso del Braille. Se agrega, un factor de inquietante sentido: la obra “Ámate”, 1997, lleva impreso el texto en Braille “Ama a tu prójimo como a ti mismo” y la reproducción pertenece a “Juego de manos” de Kitagawa Utamaro, que muestra la técnica de masturbación mokodaijuji, consistente en pelliscar el clítoris entre los dedos índice y mayor. Para el observador normal adquiere una inesperada resignificación de la obra, en el intercambio de sensualidades descubiertas. También debe suscitar desasosiego en la mano del visitante ciego al saber la imagen que acaricia.

Esas asociaciones e iluminaciones súbitas recorre toda la serie “Relectura de la Biblia”. Así como en la magistral “La civilización occidental y cristiana” consistía en un bombardero estadounidense cargando un Cristo de santería, la fértil imaginación de Ferrari se prodiga en numerosas obras. Algunos collages: “La creación del mundo” en la Capilla Sixtina sorprende a una pareja de amantes extraída de “L´érotisme chinois” de Marc de Smedt, el encuentro de “La Anunciación” de Fra Angelico y la bandera nazi, un Cristo Pantocrátor de Taül parece bendecir una pareja copulando, los santos de un pintura anónima del siglo XV contemplan otra cópula similar, el cielo del ventanal de “La Virgen del canciller Rollin” de Van Eyck se ve atravesado por dos bombarderos, una figura del Juicio Final” de Miguel Angel se posa sobre un miembro desnudo de una estampa de Utamaro. Las citas podrían seguir, pero también los collages se resienten suavemente por la repetición del recurso operativo.

En todo caso, lo importante es el cuestionamiento cultural y político de los usos de la imagen en culturas diferentes, las imágenes católicas y las del erotismo oriental, preferentemente japonés, aceptado como un aspecto de la revelación divina. Así como Jiri Kolar descontextualizó la historia del arte en collages apoyado en reproducciones, Ferrari se atreve aún más, al enfrentarse al poder constituido civil, militar y religioso, para recrear imágenes de poéticas perdurables.

1 comentario »

  1. El MALBA un espacio para la burguesía y los trepadores del sistema liberal de derecha y de izquierda, donde su fundador un vendedor de nombre EDUARDO CONSTANTINI, construyó con la anuencia del poder de otro mercader CARLOS MENEM, el espacio de ¿arte? para nostálgicos, son LOS PSICÓPATAS. Los psicópatas son marcadamente narcisistas, y HOY vivimos en UN SISTEMA superficial, hedonista y narcisista: el predominio general del YO EL ÚNICO VA bien con su carácter DE CRIMINAL SOLAPADO, tal el caso de León Ferrari UN ARTISTA DEL SISTEMA, que utiliza elementos en collage para simular una rebeldía desde UN ESPACIO MUERTO COMO ES UN MUSEO. El psicópata trabaja siempre para sí mismo y cuando da es porque manipula o espera recuperar esa inversión en el futuro. LOS PSICÓPATAS invierten grandes cantidades de dinero en procurarse una imagen limpia, LAVANDO Y LAVANDO, INVIRTIENDO SUS DINEROS EN PARAÍSOS FISCALES ILEGALMENTE.
    El MALBA un Museo para actores y espectadores capitalistas y pobres espectadores que creen estar en la última tendencia. No engañen más a los pobres burgueses en ascenso. Todo lo que este tal Ferrari expone lo creó EL BOSCO hace siglos.

    Comentario by Edgardo Castelli — 19 mayo, 2012 @ 18:33

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