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En esta obra, el escritor y periodista ensaya un agudo discurso reflexiva sobre la historia de la humanidad, en un discurrir que no soslaya explícitas referencias a los pequeños y grandes actos de heroísmo y a las peores miserias y calamidades del pasado y el presente.
Galeano es una de las plumas más osadas, incisivas y referentes de la literatura uruguaya contemporánea, cuyo prestigio ha trascendido -con absoluta justicia- las fronteras de nuestro país.
Su obra cumbre es “Las venas abiertas de América Latina”, en la cual el autor denuncia el inmoral saqueo y expoliación que ha padecido nuestro continente desde hace cinco siglos.
Este título crucial de su producción literaria -que ya cumplió más de cuatro décadas- posicionó a Galeano como un severo fiscal de los excesos del poder, las prácticas neo-colonialistas y las agresiones imperialistas.
Su extenso aporte a la reflexión se materializó en otros recordados títulos de su autoría: “Vagamundos y otros relatos”, “La canción de nosotros”, “Días y noches de amor y de guerra”, “Memorias del fuego I (Los nacimientos)”, “Memorias del fuego II (Las caras y las máscaras), “Memorias del fuego III (El siglo del viento)”, “El libro de los abrazos”, “Las palabras andantes”, “Patas arriba”, “Bocas del tiempo” y “Espejos”.
“Los hijos de los días” reitera las miradas críticas de sus trabajos anteriores, lo cual confiere a su obra una continuidad y un estatuto discursivo de fuerte impronta conceptual y profunda raigambre en el imaginario colectivo de los lectores.
En esta oportunidad, Galeano ordena su libro como una suerte de calendario de 366 días (año bisiesto), lo cual le permite imbricar acontecimientos históricos con reflexiones personales.
Como es habitual, el autor no soslaya las leyendas y los mitos, en el entendido que estos conforman buena parte del acervo y la identidad cultural de las civilizaciones y pueblos del orbe.
En esta extensa selección de textos breves, el escritor explora osadamente los territorios de la sempiterna tragicomedia humana, denunciando nuevamente la prepotencia del poder, la sangrienta aventura de la conquista, la esclavitud con y sin cadenas, la oscurantista sumisión impuesta por las teocracias, la religión del dinero, el consumismo y la criminal agresión ambiental.
Eduardo Galeano condena a los falsarios y los mentirosos, a los homicidas de la esperanza y la utopía, a los predadores consuetudinarios y a los recurrentes profetas del desastre.
En cambio, rescata la ética y el indomeñable valor de los héroes conocidos o anónimos, la cuasi anarquista rebelión de los justos y la imperecedera memoria de los arquitectos de la dignidad.
En ese entrecruce de relatos y evocación de hitos que conmueven y laceran la memoria colectiva, no faltan explícitas referencias a los crímenes permanentes perpetrados por las dictaduras de la región y sus secuelas de muertos y desaparecidos. Obviamente, tampoco soslaya fuertes condenas a los responsables de la debacle económica contemporánea.
Eduardo Galeano reafirma su intrínseca vocación de compromiso con la verdad y con la demolición de la mentira institucionalizada, en una obra que convoca a reflexionar en torno a los grandes dilemas de todos los tiempos.
(Edición de autor)
capaz que hugo es un seudonimo, capaz que te llamas eduardo
Comentario by luis — 24 abril, 2012 @ 22:50