tiempos modernos

Benedicto va al planetario

  PUBLICADO el Miércoles 11 de enero, 2012

Tiempos Modernos
Irene Quake

El verano no es muy generoso con los periodistas, así que una tiene que hacer cosas vergonzosas para llenar el espacio, como agarrarse con las opiniones científicas del Papa, que es como patearlo en el piso, después que se metió a discutir a Darwin. No queda más remedio; si no, no cobro.

¿Pa´ qué se mete? pregunta una. Se regala solo. Resulta que el viernes pasado celebró una misa por los Reyes Magos. Hasta ahí, ninguna noticia, es lo que hacen los sacerdotes. Era de cajón que iba a haber un sermón, siempre hay. Que iba a hablar de la castidad, la paz del mundo y esas cosas, sí. Cosas que hubo, como: “Nuestro corazón está inquieto con relación a Dios (…) no deja de estarlo aun cuando hoy se busque, con narcóticos, liberar al hombre de esa inquietud. El corazón de Dios está inquieto con relación al hombre”. Una sociedad de inquietud cardíaca mutua.

Pero no. La complicó: “Se ha discutido mucho sobre qué tipo de estrella fue la que guió a los Magos. Se piensa en una conjunción de planetas, en una estrella supernova, una de esas estrellas muy débiles al principio pero que, debido a una explosión interna, produce durante un tiempo un inmenso resplandor”.

Vaya la explicación de la supernova, supongamos que tenga motivos para creer que efectivamente haya habido una conjunción de planetas en esa fecha, cosa que cualquiera puede averiguar con un programita gratuito. Pero cualquiera que haya mirado las estrellas, como por ejemplo Alfonso el Sabio, a quien por mirar las estrellas se le cayó la corona, sabe que ni una conjunción de planetas ni una supernova te da la dirección exacta de un establo que ni siquiera tenía número de puerta de calle. Y cualquiera que lea historia, como Marenales, sabe que los sabios caldeos (maguusha en persa) con las posiciones de los astros hacían horóscopos; es decir, las tomaban como presagios, no por señales de carretera.

La leyenda es bonita, vende. ¿Para qué tratar de ensuciarla con ese fárrago de pedanterías? Es que don Benedicto no puede resistir la tentación de mostrar cuánto sabe de ciencias (que debe saber, nomás, no lo dudo). Pero, Papa, es muy feo no resistir la tentación.

Por ahí, se dio cuenta y elevó la mira: “La gran estrella, la verdadera supernova que nos guía es el mismo Cristo”. Muy bien, por ahí vamos bien, tiene todo en la manga para apelar a la fe y esquivar las discusiones fácticas, ¿para qué bajar al mundo?

Entonces sigue: “Los Magos de Oriente, como también los santos, se han convertido ellos mismos poco a poco en constelaciones de Dios, que nos muestran el camino”. No, esa no te la llevo, ¿los Reyes Magos son orixás? Esto es cosa de Baltasar.

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